Fuku se luce con su selecta materia prima
Parecía que ya no cabía ninguno más, pero la escena gastronómica madrileña cuenta desde hace unos meses con un nuevo restaurante japonés. La entrada en funcionamiento de Fuku y los llenos cosechados en sus primeros meses de andadura confirman que la variada tradición culinaria asiática, y en especial la japonesa, se ha integrado en la española con total naturalidad.
La seña de identidad de Fuku es el respeto fiel a la cocina japonesa, con platos indispensables como sushi, temaki, maki y sashimi, y la apuesta por una materia prima selecta, en la que brille la calidad del producto. A partir de ahí, incorpora variaciones más sofisticadas de estos platos, como el harikumi de langostino, caviar y setas shiitake, el tiradito de vieira o el sukiyaki con carne de Wagyu.
Como los creadores de este local -que firman otros reputados establecimientos asiáticos de la capital como el China Crown y el Ayala Japón- se han propuesto por encima de todo resaltar los sabores naturales del producto, no sorprende que uno de sus platos más conseguidos sea el tartar de toro con caviar y que también destaque su pez mantequilla teriyaki.
Entre los postres sobresale su trilogía de sésamo, en la que este producto se presenta de tres formas distintas -helado, buñuelos y tarta-. Una muestra increíble de creatividad: en este plato contrastan las texturas, las temperaturas y los colores de cada una de sus versiones.
En el local no falta de nada. Los amantes del sushi tienen su barra frente al sushiman y también hay un reservado con capacidad para 16 personas. El interior ha sido decorado por Aurora Gómez, que ha intentado con éxito resaltar los valores de la gastronomía de Fuku: una elaborada sencillez.