Expresidentes del RACE denuncian una operación de venta al RACC catalán
Los dos últimos expresidentes del Real Automóvil Club de España (RACE), Juan Luis Huidobro y Javier Gullón, han denunciado una operación de venta del centenario club automovilista al Real Automóvil Club de Cataluña (RACC).
La operación no ha sido desmentida por el director general del RACE, Guillermo Kessler, que en declaraciones a la Agencia Efe ha confirmado que el RACC es uno de los postulantes en la compra, junto a alguna compañía de seguros y algún fondo de capital riesgo.
Guillermo Kessler, que desde hace un año dirige el grupo empresarial del RACE, ya que el Club lo preside Ramón García Moliner, ha trabajado este tiempo en diseñar una operación de escisión del actual RACE en dos asociaciones y la venta parcial de una de ellas, en concreto la mayoría del grupo de empresas.
Así, explicó Kessler a Efe, el actual RACE, compuesto por el complejo deportivo, el circuito del Jarama , la Fundación y el Grupo Empresarial, quedaría dividido en el Real Automóvil Club de España, bajo cuya dependencia estaría el complejo, el circuito y la Fundación RACE, y en la asociación RACE Club del Automovilista, bajo el que quedaría sólo el 51 % de la sociedad RASISA, que hoy es la proveedora de servicios al grupo de empresas.
Mantener este 51 % viene obligado por ARC Europe, sociedad a la que pertenece el RACE y el resto de los clubes de automovilistas europeos.
El 49 % restante de RASISA, la empresa UNACSA que presta los servicios de asistencia y la correduría de seguros ASEGURACE, constituyen la parte que, según Kessler, se quiere vender y en la que el RACC está interesado.
Juan Luis Huidobro, sucesor de Fernando Falcó, señalado por la oposición al actual Consejo Directivo del RACE como uno de los artífices de la venta al RACC , explicó también en declaraciones a Efe que esta parte del RACE es la que realmente tiene valor económico y estratégico para el club catalán.
Anadió Huidobro que el interés del RACC se debe a que este Club tiene peor diversificado el riesgo que el RACE, porque el primero sustenta el negocio en los clientes particulares, muy afectados por la crisis, mientras el segundo tiene la actividad repartida entre los particulares y las marcas o clientes corporativos, vitales para la supervivencia de un club automovilista.
Además, el RACE pertenece a la corporación europea ARC Europe, de la que son miembros los clubes automovilistas nacionales (el RACC no pertenece a ella) y es la responsable de la firma de contratos de asistencia estratégicos para toda Europa.
Guillermo Kessler sostiene que la escisión es la materialización de una reiterada aspiración del Club por separar ocio e negocio, mientras la venta es la única forma de obtener capital para ampliar las instalaciones.
Huidobro, que asegura que el complejo deportivo, el circuito y la Fundación, no son viables sin el grupo de empresas, dijo a Efe que la operación diseñada por la actual dirección del RACE es muy lesiva para la organización.
Tiene, añadió, un severo inconveniente fiscal, porque las propiedades del RACE, al pasar a las nuevas asociaciones no conservan el valor teórico contable, el fijado cuando fueron adquiridas, de forma que se generan grandes plusvalías. El Circuito, por ejemplo, tiene 60 años de antigüedad.
Por ello, la operación tendría asociados, de inmediato, el 25 % de impuesto de sociedades, el 18 % de IVA, los actos jurídicos documentados y los arbitrios locales, lo que podría suponer para el RACE alrededor de 200 millones de euros, cuando la venta mínima estipulada para la venta del grupo empresarial es de 50 millones brutos, cifra, por otra parte inferior al valor de los inmuebles de las empresas (24 millones de euros), sumado a los recursos propios de la empresa de 28 millones de euros en tesorería.
Esta operación, que supondría la desaparición del RACE, según Huidobro, ha sido perfectamente planificada y teledirigida, y está infundiendo gran preocupación entre los 800 trabajadores del grupo (140 fueron despedidos el año pasado).