Rentabilidad, 1; conservación, 1
La comarca de Urbión ha creado un modelo forestal en el que beneficio económico y preservación van de la mano
Canadá es seguramente el país industrializado donde mejor conviven los intereses de la industria forestal y la necesidad de proteger el entorno. El país cuenta con 15 bosques modelo, una figura que Canadá se inventó en los noventa para favorecer la gestión sostenible del monte y en la que trabajan Gobierno, empresas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos. La iniciativa ha prendido en el resto del mundo y hoy la Red Internacional de Bosques Modelo está presente en 21 países. Su objetivo: demostrar que "es imposible separar los bosques de la gente", explica Miguel Vicente, director de esta asociación para el Mediterráneo. Vicente fue uno de los impulsores del bosque modelo de Urbión, en Castilla y León, el único de estas características que existe en España.
Esta comarca que se extiende a los pies del Pico de Urbión tiene la masa boscosa continua más extensa de la península Ibérica, con una superficie de 100.000 hectáreas. Aquí, casi todo el mundo tiene un empleo relacionado con la gestión forestal, en alguna de las 150 empresas de la región. La madera ha sido siempre el producto más preciado, pero la difícil situación que vive el sector desde hace unos años ha empujado a la zona a diversificar los productos y servicios que pueden ofrecer los bosques. "Se trataba de añadir nuevos usos sin sumar más gastos", indica Vicente. La caza, el turismo, la recolección de setas o la valorización de este territorio como sumidero de dióxido de carbono son algunas de las actividades que se intentan fomentar desde la figura de bosque modelo.
La comarca cuenta desde el año pasado con una nueva web para realizar la subasta de madera online, "y llegar a los mayoristas de otras regiones", dice Sonia Martel, gerente del bosque modelo de Urbión. La medida pretende, además, ofrecer mayor transparencia al negocio maderero. Ahora, la principal apuesta de la zona es resucitar la comercialización de resina, caída en los setenta por el auge de la fabricación de bases de pinturas y barnices con derivados petroquímicos. "La subida del precio del petróleo y la inestabilidad del mercado internacional, que lideran China y Brasil, nos ha llevado a intentar recuperar esta actividad", añade Martel. La comarca ha empezado a ofrecer formación de resinación para producir de nuevo resina en los montes de Urbión.
El sector de madera de alta gama de esta comarca también quiere ganar la partida a los metales en el diseño estructural de las viviendas. La marca Pino Soria Burgos cuenta con la promoción de la red de bosques modelo para sustituir las estructuras metálicas de las viviendas por otras de madera. Además, Urbión ha solicitado a la Unesco integrar la lista de reservas de la biosfera.
Ganar dinero por absorber carbono
En el mercado de derechos de emisión que la UE creó en 2003 operan las empresas cuyas actividades industriales emiten dióxido de carbono. Desde las instituciones y organismos inquietos por el aumento de temperatura del planeta se insiste en la necesidad de que proliferen los bosques, los mejores sumideros de dióxido de carbono. Sin embargo, las regiones que gestionan estas masas absorbentes de CO2 a la atmósfera no están contempladas en ningún estadio del proceso.Desde el bosque modelo de Urbión se está intentando que los propietarios forestales, ya sean públicos o privados, reciban algún tipo de compensación o beneficio por este servicio ambiental. "Nuestra primera tarea es contabilizar el volumen de CO2 que los árboles de la comarca absorben. Luego, intentaremos que el territorio rural se beneficie de ello", explica Sonia Martel, responsable del proyecto.Los gestores del bosque de Urbión piden una regulación para este tipo de externalidades. La iniciativa quiere ser un fleco más de la creación de un sistema de pago por servicios ambientales, que estaría basado en una compensación económica por los beneficios que aportan los recursos naturales y que no reciben ningún tipo de retribución.