Los bosques buscan ser rentables para sobrevivir
Los propietarios forestales reclaman mayor visibilidad económica para los bosques y buscan diversificar sus usos con el fin de asegurar el futuro.
Los bosques españoles siguen desde hace años su particular travesía del desierto para salir de una crisis estructural a la que ahora se suma el agujero negro de la economía española. El principal problema de la superficie arbolada de España, que alcanza el 36% del territorio, es que carece de una gestión orientada a generar riqueza. En los últimos 20 años se ha producido un fenómeno paradójico: la masa forestal no ha dejado de crecer alentada por el abandono del campo, lo que se ha traducido en más materia prima sin posibilidad de ser aprovechada. Desde 1975, cuando se realizó el primer inventario nacional, la masa arbolada habría crecido cerca de un 50%, según cálculos de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE). Otras voces asignan solo un aumento de entre el 10% y el 20% en el mismo periodo.
En paralelo, gran parte de este incremento se debe a la mayor inversión de los propietarios forestales en sus fincas. Desde el sector se recuerda que casi el 70% de la superficie forestal está en manos privadas de pequeños selvicultores. Son los mismos que entonan que solo se puede salvar el monte si es rentable. De lo contrario, "no se puede hacer nada", explica Josu Azpitarte, presidente de COSE. La novedad es que los sectores ecologistas empiezan a estar de acuerdo con esta premisa de rendimiento. Tras años de apelar a una gestión casi estrictamente conservacionista, se empieza a reconocer que una gestión forestal orientada a generar beneficios es un paso hacia la preservación, mientras se haga de forma ordenada. De lo contrario, las plagas y los incendios seguirán siendo el talón de Aquiles del monte en España, como ya ocurre.
El mejor ejemplo, una vez más, son los países nórdicos, donde tras las bucólicas imágenes de bosques soberbios se esconde el aprovechamiento de hasta el 90% de su superficie. En España no llega al 40%, según cifras de la patronal del sector. En este nuevo panorama empieza a ganar terreno la necesidad de bosques multifuncionales, que diversifiquen sus servicios más allá de la comercialización de madera. Es un antídoto además contra la fuerte fluctuación que caracteriza este mercado, uno de los primeros sectores de actividad en los que pegó la globalización, con madera de otros países, más barata.
La diversificación del uso de los bosques tiene más sentido en plena crisis, que ha puesto en jaque al sector inmobiliario, del que tiraba hasta ahora la oferta de madera. "Todas las empresas que trabajaban para este sector han sufrido una caída drástica de sus ventas. Ahora solo queda la pasta de papel y los palés", añaden desde COSE.
¿A qué aspira el monte español en este nuevo contexto? En primer lugar, admite sin complejos que ahora está listo para competir con el petróleo, nada menos. Se quejan los propietarios forestales del nefasto efecto que ha tenido en el sector la campaña de los últimos años alentada por las empresas petroleras sobre el menor impacto que tendría sobre el medio ambiente adquirir productos derivados del crudo, como el plástico, antes que cortar un árbol. "Pero es precisamente lo contrario. Es necesario cortar los árboles para que crezcan nuevos y se disponga de masa de mejor calidad", añade Azpitarte. Ante tanta campaña, los defensores de la madera recuerdan que esta materia prima es la única realmente sostenible respecto al plástico o los metales, ya que es inagotable y su proceso de transformación apenas contamina.
La mejor aliada de este resurgir de los bosques respecto al petróleo está siendo la resina. Abandonada en los setenta por los bajos precios del crudo para la fabricación de bases de pintura y barnices, ahora atraviesa su segunda edad de oro, dicen en el sector.
El consumo actual de resina alcanza las 1.800 toneladas, con potencial de llegar a las 93.000. Su desarrollo favorecería la generación de empleo, ya que es un proceso que necesita mucha mano de obra para el tratamiento y el transporte, ayudaría en la prevención de incendios por la mayor presencia de resineros en los bosques y aumentaría la capacidad de captura de CO2, ya que los obligados tratamientos selvícolas aumentan el diámetro del árbol y ofrecen un uso más duradero de esa madera en el secuestro del carbono.
La madera también reivindica su papel en el sector de la construcción, aunque ahora no ofrezca casi ninguna oportunidad de negocio. "Los arquitectos casi ni se plantean utilizar madera para la estructura de una vivienda, solo recurren a estructuras metálicas", explica Azpitarte.
La generación de energía es por supuesto una de las grandes bazas a las que pueden aspirar los propietarios forestales. El uso de biomasa para generación de electricidad es aún muy escaso en España, pero promete la creación de un gran mercado y una óptima posibilidad de generar empleo. Un estudio encargado por la patronal del sector arroja que se podrían crear hasta un 14% más de puestos de trabajo gracias al uso de biomasa respecto a la climatización y calefacción a base de combustibles de origen fósil. Prácticamente todas las comunidades autónomas en España tienen un bosque cerca, y cuanto más corto es el circuito entre la materia prima y la instalación de transformación, más rentable resulta su uso.
El problema para que despegue este incipiente mercado es la misma escasez de financiación que inunda todos los sectores de actividad. Por ello, las empresas forestales quieren estar muy atentas al plan de energías renovables que está armándose, y reivindicar un papel consecuente a la altura del potencial que tienen los bosques en la diversificación del panorama energético.
El dióxido de carbono será otra de las reclamaciones de los operadores de los bosques. La superficie forestal es el mejor sumidero de CO2, pero nadie paga por ese servicio gratuito que presta el monte. Los propietarios forestales se están organizando para reclamar una regulación que contemple esta paradoja.
BOSQUES NATURALES. Negocio en la madera noble
Bosques Naturales trabaja en la explotación de madera noble desde 1996. La empresa fue pionera en el cultivo de nogal y cerezo de ciclo corto. Mientras un nogal silvestre necesita entre 40 y 50 años para estar listo para una tala, la técnica agronómica desarrollada por Bosques Naturales es capaz de reducir ese ciclo a entre 20 y 25 años. La productividad de las plantaciones de la compañía también es mayor porque trabaja casi exclusivamente con material vegetal de primera calidad. Las maderas nobles son un producto deficitario en el mercado español, que suele cubrir la demanda con productos importados. Bosques Naturales tiene 1.381 hectáreas de plantaciones de maderas nobles en Cáceres, La Coruña, Gerona, Toledo, Cuenca y Navarra.
ALT MARESME. Considerar el bosque como un todo
Rossend Castelló es uno de los cientos de pequeños propietarios forestales que operan en España. Castelló posee tres fincas en Alt Maresme, una comarca cerca de la provincia de Barcelona. Castelló se ha centrado en diversificar los usos de la madera que sale de su finca para obtener la máxima rentabilidad y asegurar el futuro de todas las especies. De los alcornocales de su finca salen entre 30 y 70 toneladas de corcho para tapones, en tanto que la madera que extrae de los pinos se convierte en cajas de embalaje de vino y láminas de chapa de madera. De encinas y robles aprovecha su leña y de los chopos, también madera para embalaje. Las choperas proveen energía, un sector que este empresario forestal considera "estratégico" para garantizar la rentabilidad futura de los bosques.
ENCE. Beneficios récord en plena reconversión
La compañía que preside Juan Luis Arregui registró en 2010 su mejor resultado en 10 años gracias a la reorientación del negocio hacia la diversificación de su actividad. Ence es una empresa que ha estado tradicionalmente dedicada a la comercialización de celulosa extraída de sus montes de eucalipto. Pero la inestabilidad de este mercado empujó a la compañía en 2008 a apostar por la generación de energía eléctrica a partir de biomasa (restos de materia vegetal). La combinación de la celulosa, una actividad más cíclica, y de energía renovable, más estable y que opera en un mercado regulado, propulsó los beneficios hasta 830 millones de euros en 2010. Ence vendió 1.332.000 megavatios de energía limpia en 2010, un 60% más que en 2007 (836.000 megavatios). El cambio de estrategia de Ence hacia la diversificación de su actividad y el máximo aprovechamiento del árbol y de la generación de energía está orientado a dar más estabilidad a las cuentas de la compañía, que reivindica su contribución a la creación de empleo en las zonas rurales, concretamente en Galicia. Ence emplea a 11.000 personas, de las cuales 6.500 desarrollan una actividad directamente relacionada con el aprovechamiento forestal y generan 130 millones de euros de beneficios.
las cifras
36% de la superficie total en España es forestal. Desde 1975, prácticamente se ha duplicado.93.000 toneladas es el potencial de consumo de resina para la fabricación de bases de pintura respecto al petróleo.