Lo que Rajoy debe aclarar de su discurso económico
Nuestra principal inquietud es conocer quién va a ser el ministro de Economía a partir de marzo". Con esta frase, el director general de una institución empresarial deja claro que una gran parte de los empresarios y economistas da por hecha la salida de Zapatero y la llegada de Rajoy a la presidencia del Gobierno tras el descalabro del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales.
El líder del PP compareció el miércoles en rueda de prensa por primera vez en el año para presentar sus propuestas con las que abordar la crisis económica tras la victoria obtenida el pasado 22-M. Todas estaban muy centradas en el control del gasto público. Entre ellas propuso la reducción de altos cargos, el control presupuestario a través de auditorías o la fijación de techos de gasto para las comunidades autónomas. Un mensaje que obtuvo ayer una respuesta inmediata por parte del presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, quien criticó la falta de propuestas concretas para abordar la reducción del déficit en las comunidades que gobierna y en aquellas en las que gobernará a partir de las próximas semanas. "Como responsable del partido que va a gobernar buena parte de las autonomías, lo más relevante es que cumplan el objetivo del déficit, esa es la gran contribución que debe hacer", dijo ayer en una entrevista a Radio Nacional.
Los expertos, sin embargo, consideran que se debe ir más allá de la estabilidad presupuestaria. Para Rafael Pampillón, economista del IE Business School, las propuestas presentadas por Rajoy van dirigidas a recuperar la confianza de inversores y empresarios, pero cree que son insuficientes. "Sería importante que se lanzara un mensaje claro de reforma en los agentes reguladores de los sectores claves de la economía. El transporte por ferrocarril no puede ser gestionado por Fomento ni el aeroportuario por AENA ni el energético por la CNE. Esos sectores necesitan una gestión independiente y ese cambio generaría transparencia y confianza para los mercados", recalca. Otro gesto que, a su juicio, aportaría seguridad sería el de adelgazar el tamaño de las empresas públicas, que se eleva a más de 4.400 compañías entre las tres administraciones. Pampillón incide especialmente en la necesidad de recortar el gasto en las televisiones públicas, con unos presupuestos "inasumibles" en plena crisis económica.
Otros expertos, sin embargo, creen que la prioridad para recuperar la confianza pasa por el cumplimiento estricto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. "Se debe recuperar el fondo y la forma de la ley de 2002, es decir, que se deben establecer techos para el endeudamiento, el gasto y el déficit de todas las administraciones públicas. A aquellas que no lo cumplan se le deben establecer sanciones o bien reducirles las transferencias del Estado", recalca Gregorio Izquierdo, jefe del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos.
En su opinión, ese control presupuestario debe ir acompañado en paralelo de un mantenimiento de los tipos impositivos hasta que la actividad económica arranque de nuevo. "El Partido Popular debe dejar claro que cuando llegue ese momento procederá a una bajada de tributos que revitalice la actividad económica y la creación de empleo. Y para ello debería recortar el tipo del impuesto de sociedades y las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social, todavía por encima de la media europea", recalca Izquierdo, que cree más efectivos los cambios sobre los impuestos directos y no sobre los indirectos como el IVA.
Mas fía cualquier apoyo al "pacto fiscal"
Convergència i Unió condicionará cualquier apoyo parlamentario en el Congreso a la aprobación de un "pacto fiscal" que mejore la financiación de Cataluña y le acerque al sistema del concierto vasco. Así lo aseguró ayer el líder del partido y presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, durante su intervención en la reunión anual del Círculo de Economía celebrado en Sitges.Las palabras de Mas suponen un aviso para navegantes cuando falta un año para las elecciones generales. El presidente de la Generalitat invitó al Círculo de Economía, presidido por Josep Piqué, a unirse al Gobierno catalán en esa reclamación. La otra gran prioridad para la Generalitat es participar en la gestión del Aeropuerto de El Prat, una exigencia que Mas trasladó al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba en una reunión que mantuvieron el pasado 25 de mayo.En cualquier caso, Mas reconoció la delicada situación de las finanzas catalanas, que en 2010 incumplieron el objetivo de estabilidad. Además, los Presupuestos de este año prevén cerrar el año con un saldo fiscal negativo del 2,66% frente al 1,3% que exige Economía. El presidente de la Generalitat recordó que su Gobierno gastará este año un 10% menos y rechazó subir impuestos. Con todo, advirtió que el actual coste de la deuda, que en este ejercicio asciende a 1.477 millones, un 32,1% más, resulta inasumible.Por otro lado, avanzó que la Generalitat trabaja en una ley para adelgazar la administración y reducir la burocracia para que se "puedan crear empresas exprés".