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El Palau Güell reabre sus puertas

Gaudí en todo su esplendor

Tras siete años de reformas el Palacio Güell ha vuelto a abrir sus puertas para deleite de los barceloneses y todo amante del modernismo catalán.

Azotea del Palacio Güell
Azotea del Palacio Güell

La sobriedad de la fachada del Palacio Güell puede desorientar a más de uno, pero en su interior guarda la exquisita decoración ideada por Antoni Gaudí, sus columnas de mármol, techos cubiertos con maderas preciosas, muebles y apliques de marquetería de calidad extraordinaria.

El edificio construido entre 1886 y 1888 fue en su origen residencia del Conde Güell y su familia, hasta que se mudaron al Parque Güell. En 1945 pasa a manos de la Diputación de Barcelona y en 1986 es declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta no es la primera de las restauraciones del edificio, en 1983 comenzó una reforma en la que varios artistas reinterpretaron las chimeneas y respiraderos de la azotea y solo dejaron una chimenea original (de la veintena que hay) con el característico revestimiento de mosaicos de Gaudí.

De hecho, es en este palacio donde Gaudí pone por primera vez en práctica la técnica del "trencadis", el revestimiento de superficies con fragmentos de mosaico irregulares, que se convirtió años después en una de las claves del modernismo.

En esta remodelación la Diputación de Barcelona ha invertido casi nueve millones de euros para que a partir de ahora todos los interesados en contemplar una de las obras cumbre del modernismo catalán puedan acceder a su interior. Eso sí, su acceso está limitado a 1.000 personas al día dada la limitación de espacio y sus escasas salidas de emergencia.

¿Dónde? c/ Nou de la Rambla, 3-5 Barcelona

¿Cómo? Dada la limitación de acceso conviene reservar antes.

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