El brunch, en Jockey
Si sus muros hablaran. Tras un breve paréntesis, con un ligero retoque decorativo, Jockey ha vuelto a abrir sus puertas. Durante años, desde su apertura en 1945, de la mano de Cloloaldo Cortés, uno de los padres de la alta restauración madrileña, este escenario ha sido testigo de grandes acontecimientos y acuerdos de la reciente historia de España.
En su famosa bancada se acordaron artículos de la Constitución española, se fraguó parte de la Transición de este país. Por ese pedazo de historia que encierra, por su refinada puesta en escena, a medio camino entre la elegancia del hotel Ritz, el savoir faire de Maxim's y el aire british de Mayfer, Jockey debe permanecer vivo.
Y por el personal que trabaja en esta casa. El servicio, liderado por el maître, Miguel Pozo, es profesional y curtido en un oficio que persigue la mejor atención al cliente. Lo consiguen con creces, además en esta nueva etapa recuperan el uniforme original de 1945.
Jockey se renueva sin perder su identidad, a través de una nueva carta que rescata platos de la carta fundacional, como el ragout de bogavante, los caracoles borgoña o las supremas de lubina con papillote.
Los domingos recupera el brunch. Sofisticado y elegante. Una amplia selección de huevos (benedictini, a la florentina, escalfados, en tosta holandesa, fritos con patatas), ostras, tartar de atún, salmón ahumado, ensaladilla rusa, roast beef, pularda, jamón de Virginia, quesos variados (es una buena oportunidad para probar una amplia selección nacionales y de importación), bollería con el toque francés que aporta una buena mantequilla. Todo ello acompañado de un bloody Mary, un dry Martini, o champán.
El precio del brunch (se repite las veces que se quiera) es de 75 euros.
Jockey: Amador de los Ríos, 6. Teléfono: 91 319 24 35. Servicio de aparcacoches.