"La reestructuración fue crucial para Uruguay"
En plena tormenta griega, Lorenzo desvela el impacto de la reestructuración uruguaya
A principios de la década pasada, la economía uruguaya se encontraba al borde del colapso, arrastrada por la crisis del corralito en Argentina. Una serie de buenas decisiones permitió sentar las bases para que el país del Norte del Río de la Plata haya crecido un 7% de media en los últimos siete años. Lorenzo, responsable económico del Gobierno de José Múgica, que accedió al poder hace un año, destaca el compromiso ciudadano como una de las claves del éxito. Acaba de participar en una conferencia en la Casa de América.
Los mercados especulan con una posible reestructuración de la deuda de Grecia. Su país utilizó esa medida en 2003. ¿Qué resultados dio?
La experiencia uruguaya parte de una crisis sin precedentes, de un país en situación muy crítica. Entonces predominó la idea de hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar una solución extrema. Hubo enormes sacrificios por parte de todos, pero estábamos convencidos de que reestructurando podríamos hacer frente a la deuda.
"Hay que valorar la mezcla entre voluntad de pago y capacidad de pago"
Lo que pedimos a los inversores fue básicamente tiempo: no hubo una quita en el principal, sino que se alargaron todos los plazos de pago en cinco años, con condiciones para que eso no supusiera pérdidas financieras. Creo que fue un plan muy bien elaborado y, de hecho, recibió el apoyo del 90% de los tenedores de títulos.
Y sirvió para pagar...
Así es. La reestructuración se reveló acertada, porque el diagnóstico fue correcto. Cuando empezaron a vencer los títulos, Uruguay ya estaba en recuperación y hoy ha logrado ganarse el crédito en los mercados.
En materia de reestructuraciones, creo que hay que valorar una mezcla entre la capacidad de pago y la voluntad de pago. Un exceso de presión por parte de los prestamistas puede llegar a estrangular la economía e imposibilitar su propio objetivo de cobro. En nuestro caso, primó la voluntad política y el respaldo ciudadano para abordar los ajustes necesarios.
¿Recomendaría esa receta para el caso griego?
No me atrevería a opinar sobre la situación de otros países, porque cada uno tiene sus circunstancias. Lo que sí puedo decir es que, para la situación de Uruguay en 2003, reestructurar la deuda fue crucial.
¿Qué otras cosas ha hecho bien su país para lograr los registros económicos de los últimos años?
Ya desde el primer Gobierno del Frente Amplio, presidido por Tabaré Vázquez, la agenda se centró en reducir las vulnerabilidades económicas que sufría el país, en materia fiscal, monetaria, etc.
Cuando arreció la crisis financiera internacional, a esa menor vulnerabilidad se sumó el compromiso de los agentes sociales con los esfuerzos necesarios. Se realizó una política fiscal contracíclica, se estimuló la inversión privada y los trabajadores aceptaron flexibilizar la negociación colectiva, para que el mercado laboral se adaptase a circunstancias difíciles. Como resultado, hemos logrado salir prácticamente indemnes de la crisis global: en su peor momento, 2009, el PIB de Uruguay creció un 3% y este año lo hará un 8,5%.
¿Han logrado recortar las desigualdades sociales?
Puedo decir que sí. Nuestra agenda de trabajo ha puesto el énfasis en elevar la equidad y los índices denotan avances muy importantes. En 2004, el 33% de los hogares era pobre, y la pobreza extrema afectaba al 5%. El año pasado, esta última se limitaba al 0,6%, y la pobreza relativa cayó 20 puntos, hasta el 14%. Además, hemos extendido la red de protección social, otra de las claves de la equidad. Así estamos mejorando la distribución en la situación presente y también para el futuro.
¿Qué espera de su visita a España?
Queremos reforzar la posición de España como inversor extranjero en Uruguay. Me reuniré con la patronal CEOE y numerosos responsables empresariales. Tenemos oportunidades en sectores como el financiero, la industria, el turismo y la logística. Además, en los encuentros políticos espero fortalecer las relaciones bilaterales, así como avanzar en el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur.