La caja catalana obedece a Ordóñez y anuncia más recortes
Saldrán 330 empleados más y cerrará otras 70 sucursales
La segunda ronda de sacrificios y ajustes en el sector de cajas ya está en marcha. Catalunya Caixa ha sido la primera entidad que ha atendido las recientes instrucciones del Banco de España para afrontar nuevos recortes en los gastos generales.
Tras un acuerdo alcanzado ayer con los sindicatos, la entidad catalana contempla la salida voluntaria de hasta 330 trabajadores, que se suman a los 1.300 pactados en el primer expediente de regulación de empleo.
A lo largo de 2011 saldrán de la plantilla entre 200 y 250 empleados, en su mayoría de los servicios centrales, de acuerdo con fuentes sindicales. A lo largo de 2012, Catalunya Caixa prevé cerrar hasta 70 sucursales, lo que supondría que otra oleada de salidas, en una horquilla de entre 50 y 80 personas.
Esta decisión responde a la advertencia del supervisor financiero, dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que ha avisado a las cajas que requerirán nuevas aportaciones de capital por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de la necesidad de acometer nuevos ajustes para ganar eficiencia. Estos se concentrarán en oficinas y plantilla, tal y como adelantó CincoDías. Las condiciones de salida para los empleados que acepten irse ahora son las mismas que se acordaron antes de la fusión. Catalunya Caixa también ha firmado con los sindicatos un documento de garantías para los trabajadores que se queden en plantilla, de forma que no pierdan sus condiciones laborales actuales aunque la caja de ahorros se transforme en banco.
Catalunya Caixa es una de las entidades condenada a recapitalizarse para cumplir con las nuevas exigencias en materia de solvencia impuestas por el Gobierno y el Banco de España.
La caja catalana, dirigida por Adolf Todó, es una de las pocas que ha asumido que la única vía para conseguir los 1.718 millones de euros necesarios para alcanzar un ratio de capital principal del 10% es que el FROB entre en su capital.