Miles de jóvenes desafían el veto de la Junta Electoral a su protesta
Los 'indignados', críticos con la situación económica y política, colapsan la Puerta del Sol pese a la prohibición
Las juntas electorales provinciales desautorizaron ayer las concentraciones convocadas por la tarde en Madrid, Sevilla, Almería, Gijón y Oviedo por el Movimiento 15-M para reclamar los cambios políticos y sociales. A pesar de ello, miles de jóvenes desafiaron a las juntas electorales en numerosos puntos de España y acudieron a las concentraciones promovidas por Democracia Real Ya. En la capital, miles de personas colapsaron la Puerta del Sol.
En el caso de Madrid, la resolución de la Junta Electoral señala que "no se considera que concurran causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de la convocatoria solicitada en un espacio de 24 horas", según indicaron a Efe fuentes cercanas a este organismo. La Junta Electoral de Madrid considera, además, que "la petición del voto responsable", a la que hacen referencia los convocantes, "puede afectar a la campaña electoral y a la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto".
La ola de protestas pacíficas organizada por la plataforma Democracia Real Ya ha irrumpido en la campaña electoral y descolocado aparentemente a los partidos políticos, algunos de los cuales tratan de adueñarse de las reivindicaciones de los miles de jóvenes que se concentran estos días en las calles.
La BBC comparó incluso la acampada de la Puerta del Sol con las protestas de Egipto. Básicamente, la plataforma protesta contra la situación económica, política y social. Los partidos trataron ayer de adueñarse de los mensajes del colectivo. UPyD cree que la mayoría de las reivindicaciones están en su programa.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que entiende "perfectamente" las protestas porque hay un 45% de jóvenes en paro. Esperanza Aguirre cree que tienen motivos "muy justificados", pero teme que la izquierda trate de "manipular este movimiento contra el PP". La ministra Trinidad Jiménez consideró las protestas algo "sano" y "bueno" para la democracia.