Los candidatos pasan de las obras faraónicas a la "movilidad sostenible"
Los grandes planes de inversiones en obra pública han pasado de ser la estrella en los programas electorales de los candidatos a gobernar regiones y ayuntamientos a engrosar la declaración de intenciones. La mayoría ya solo habla de apostar por la "movilidad sostenible". Los límites a seguir endeudándose y la pérdida de ingresos obligan.
Durante los próximos cuatros años y gane quien gane en cada pueblo o comunidad tras el 22-M, si hay algo seguro es que los ciudadanos verán menos calles levantadas o cortadas y menos grúas inundando el paisaje. La crisis obliga a apretarse el cinturón en materia de obra pública y a diferencia de otras recesiones, esta vez no queda el recurso de seguir endeudándose. Por eso, frente a los buenos réditos electorales que suelen brindar las promesas de más carreteras, túneles, puentes y otros equipamientos, los candidatos han optado por garantizar la máxima optimización de los recursos disponibles. A cambio, prometen una "movilidad sostenible".
Así, las iniciativas en esta materia se han vuelto muy genéricas y tanto en el programa del PSOE como en el del PP se enmarcan dentro del que han hecho llamar el nuevo urbanismo. Los socialistas recuerdan que infraestructuras son todas, por lo que garantizan que impulsarán la construcción de todas las necesarias para el desarrollo económico: "Desde la dotación y puesta a disposición de suelo industrial para el desarrollo de proyectos empresariales, hasta equipamientos en materia de transportes y comunicaciones".
Los populares coinciden con los primeros en apelar a una política de infraestructuras adecuada que contribuya al crecimiento, aunque insisten en que en estos momentos "es fundamental priorizar aquellas inversiones que ofrezcan más valor añadido en términos de competitividad". En lo que sí se desmarca el PP de PSOE e IU es en fomentar la colaboración público-privada como mecanismo para mantener el esfuerzo inversor en infraestructuras.
Por tanto, entre las propuestas concretas que dedican los partidos mayoritarios al apartado de infraestructuras destaca el fomento de los medios de transporte menos contaminantes y ruidosos o la construcción de aparcamientos disuasorios para favorecer la intermodalidad. También, llama la atención cómo los partidos incluyen propuestas para las que en realidad ni los Gobiernos autonómicos ni las corporaciones locales tienen competencias. Baste como ejemplo la prometida mejora de la red ferroviaria de alta velocidad, cuya gestión corresponde al Ejecutivo central.
Otro de los aspectos sobre los que comunidades y ayuntamientos tendrían que consultar con la Administración central antes de tomar cualquier decisión es en materia de transporte de mercancías por ferrocarril. Tanto el PSOE como el PP ven en este modo de transporte la solución a los atascos que siguen sufriendo muchas vías de acceso a las grandes capitales. De momento, Fomento ya ha puesto en marcha un plan para impulsar el trasvase de mercancías de la carretera al tren.
Por su parte, IU propugna rebajas en las tarifas del transporte público y un abono social gratuito para desempleados como únicas medidas capaces de reducir el uso del vehículo privado en los principales desplazamientos y, por ende, disminuir hasta en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero.
La cifra
2,3 veces más es la proporción entre lo que licitan regiones y entes locales juntos frente a Fomento. Ello da idea de su potencial inversor.
Hacia un cambio de cultura en materia de vivienda
REHABILITACIâN. Los socialistas prometen realizar un censo de casas susceptibles de ser rehabilitadas y establecer las prioridades de actuación. Los populares anuncian la elaboración de programas para la recuperación integral de entornos y de los barrios más degradados. Y, por supuesto, unos y otros propugnan la eficiencia energética de todos los edificios.ALQUILER. En el cambio de cultura en materia de vivienda que PSOE y PP promulgan tiene un papel protagonista el arrendamiento. Los dos partidos se comprometen a incentivar el alquiler, sobre todo para jóvenes y mayores. Apuestan por el alquiler con opción a compra, "para que las familias con dificultades cumplan su anhelo en el futuro".LICENCIAS. Ambas formaciones políticas dedican un punto de sus propuestas en materia de urbanismo y vivienda a la necesidad de agilizar y simplificar, sin disminuir la seguridad jurídica, los procedimientos de tramitación de los instrumentos de desarrollo urbanístico y la obtención de licencias o el pago de tributos en los casos de obras menores.SUELO. El PSOE garantiza que allí donde obtenga el triunfo el 22-M, destinará suelo público a la promoción de viviendas protegidas, especialmente dirigidas a aquellas personas que ganen menos de 33.000 euros anuales (4,5 veces el iprem). El PP dedicará a la promoción de estos pisos hasta el 50% de los terrenos de los nuevos desarrollos.IMPUESTOS. El PP se compromete a modificar el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, evitando su efecto cascada sobre el precio final de los inmuebles. El PSOE, en materia fiscal, solo alude a futuras bonificaciones en el IBI para favorecer la rehabilitación y mejora de edificios de más de 50 años de antigüedad.