Luz verde a la Ley de la Ciencia con solo tres votos en contra
El Congreso de los Diputados aprobó ayer, con la oposición de IU, ICV y UPyD, la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Esta norma, que sustituye a la de 1986, se aprobó ayer con 289 votos a favor (incluido PSOE y PP) y tres en contra, dos años después de que se hiciera público su primer borrador.
La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, subrayó ayer que esta ley permitirá a España aspirar a ser un país de ciencia y de innovación. "Es un gran día para la ciencia española. Espero que suponga un punto de inflexión en cuanto al rendimiento y la calidad del sistema", remachó.
La principal novedad de la norma se refiere a los cambios en la carrera profesional de los investigadores. A partir de ahora, cualquier investigador empleado en un centro de investigación o en una universidad tendrá un contrato y estará dado de alta en la Seguridad Social, poniendo punto y final a la concatenación de becas tan común en las dos últimas décadas.
Así quedan establecidos tres tipos de contratos: uno predoctoral, con una duración máxima de cuatro años; otro de acceso, con un máximo de cinco años, que contará con evaluaciones periódicas que contarán como mérito a la hora de optar por una plaza pública y finalmente otro de investigador distinguido para personal nacional o extranjero de prestigio.
El texto promueve la movilidad de los investigadores a través de la aprobación de excedencias de cinco años de la plaza que ocupa. Asimismo equiparará las escalas salariales en los siete organismos públicos de investigación.
Críticas
La Confederación de Sociedades Científicas Españolas (Cosce) y la Plataforma Investigación Digna criticaron ayer la ley por las "deficiencias" que presenta. "Mantiene un modelo funcionarial que no parece el más adecuado", señaló Joan Guinovart, presidente de Cosce.