"Un joven licenciado no debe buscar empleo, sino crearlo"
Asesor en temas de innovación del primer ministro de India, fue el principal artífice de la revolución del sistema de innovación que catapultó la I+D del país asiático
Referente del milagro que ha convertido a India en una potencia tecnológica en solo tres décadas, Sam Pitroda ha venido a España invitado por Casa Asia para dar una conferencia en la Fundación Ramón Areces y para entrevistarse con la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia.
Hace 10 años nos preguntábamos si la innovación asiática era aceptable o solo pura copia. Hoy reflexionamos con ansiedad si las I+D india y china dejarán espacio para el futuro de las empresas europeas.
Hace 300 años India y China eran los líderes de la economía, la cultura, la educación. En los últimos tres siglos es verdad que Estados Unidos y Europa han estado a la cabeza. En Estados Unidos la investigación está impulsada por la defensa y en Europa la tecnología se preocupa por resolver los problemas de los ricos. Este modelo ha dado la vuelta. Ahora hay mucho talento y sobre todo talento joven en India y China. Las tecnologías de la comunicación han cambiado el paradigma. Internet y el universo web traen cambios acelerados con oportunidades que China e India han sabido aprovechar.
¿Se puede hablar de una tecnología asiática?
La tecnología es global y multidisciplinar. Ya no se puede innovar de manera aislada; es necesaria la colaboración, el equipo y el trabajo en red.
¿Los problemas de India se pueden abordar con tecnología europea y viceversa?
Hay muchos problemas en países como la India que solo se pueden abordar con tecnología hecha o adaptada a la India, que solo pueden ser entendidos y abordados por indios. Los problemas de los pobres, de las sociedades pobres, requieren otro enfoque. Este es un desafío al que se enfrenta tanto China como India; dos países en los que hay mucha innovación y de los que va a salir mucha más innovación porque hay mucho talento, mucho talento joven, mucho talento barato que se utiliza para resolver problemas de su propio territorio.
La automatización expulsa del mercado de trabajo a miles de personas. ¿Cómo se resuelve el binomio productividad-empleo?
La tecnología remplaza muchos trabajos, pero también crea nuevos. Ha ocurrido siempre. El problema se produce no porque desaparezcan actividades, sino porque no seamos capaces de crear nuevos empleos, y eso puede suceder en Europa, Estados Unidos y Asia. Los avances conviven con el hambre y la pobreza crónicas, con la degradación del medio ambiente. La tecnología tiene que ser capaz de resolver estos problemas. Debemos aspirar a que la innovación esté enfocada a resolver los nuevos problemas. Tenemos que preocuparnos no por los trabajos que se han perdido, sino por los trabajos que la tecnología puede crear.
¿Cuáles son los empleos que usted patrocina?
Pueden estar en las energías limpias, en el medio ambiente, en la salud, en la educación. Hay muchos problemas por resolver. Si detectamos donde hace falta trabajar, es evidente que encontraremos trabajo.
¿Qué le diría a los jóvenes licenciados europeos que están cada día más formados y sienten que ello no les vale para encontrar un trabajo?
Les diría que los empleos que ofrece el siglo XXI y las habilidades que requiere este milenio son diferentes de las que se precisaban en el siglo anterior. Y parece que gente joven y bien formada se resiste a darse cuenta y a adaptarse a esta rotunda realidad. Si conectamos con las habilidades que se exigen en el siglo XXI no solo conseguiremos un empleo sino que crearemos empleos. Ya el solo hecho de que la gente salga de la universidad buscando un empleo es algo que pertenece al siglo pasado y no al actual. En el siglo XXI los jóvenes debería salir de la universidad empeñados en crear empleo.
¿La formación sigue siendo la clave del empleo?
En todas partes faltan expertos en algo. En India faltan matemáticos, doctores, físicos, electricistas, faltan fontaneros. Falta de todo porque hay mucha gente, pero no hay muchas personas formadas. En Estados Unidos y en Europa parece que pasa algo distinto, pero en realidad es el mismo fenómeno. Hay mucha gente formada, pero no encajan con la demanda real de empleos. Hay un error en la planificación educativa.
"Democratizar la tecnología y sus réditos"
Sam Pitroda es un profeta de la innovación pero no ignora que, además del origen financiero de la actual crisis, también se ha producido porque el enorme desarrollo tecnológico tiene un desenvolvimiento global, aunque sus beneficios siguen concentrándose en manos de muy pocos. "En la era de la información, la información es un poder que la gente no quiere compartir. Los promotores de la innovación lo son porque disponen de capital y además se enriquecen con ella. Por ello es un reto que se democratice la tecnología y la información. No podemos consentir que las minorías que han estado innovando hasta la fecha sigan suplantado la iniciativa de las mayorías. Pero el cambio está en marcha: Europa y Estados Unidos han moderado su crecimiento y los países que pueden aspirar a crecer al 7% son los asiáticos; esperemos que pronto se sume África". Pitroda es aún más directo: "En los últimos meses los fondos de alto riesgo han tenido beneficios de 30.000 millones de dólares y solo emplean a 2.000 personas; los bancos, que emplean a un millón, han ganado 28.000 millones de dólares. Otros sectores que dan trabajo a millones han tenido beneficios por 10.000 millones. Toda esta gente está diciendo, ¿dónde está mi parte? El principal problema es que la riqueza sigue cayendo en muy pocas manos."