El castigo al sector bancario devuelve al Ibex a los 10.600 puntos
El Ibex consiguió mantener los 10.600 puntos ayer en una sesión marcada por el fuerte castigo a la banca y el relativo alivio que supuso que el BCE dejara entrever que no subirá los tipos de interés en junio. La Bolsa española perdió el 0,8% mientras que el euro cayó con fuerza para situarse en el entorno de 1,45 dólares.
La banca se convirtió ayer en uno de los principales lastres de la sesión. BBVA presentó unos resultados mejores de lo esperado pero el mercado prefirió centrarse en la caída del negocio en España y en la decepción que causaron las cifras de rivales como Lloyds y Société Générale. Así, el sector especializado del Stoxx perdió el 1,09% en una jornada en la que el rojo se impuso en los principales índices europeos. De poco sirvió que los castigos se frenaran después de que el BCE dejara entrever que la próxima subida de tipos no se producirá en junio y que las medidas de provisionales de liquidez se ajustarán solo cuando sea "apropiado".
El Ibex perdió el 0,8% en gran parte por el mal comportamiento del sector financiero pero pudo mantener los 10.600 puntos, nivel que peligró durante la sesión. Popular (-2,89%), Bankinter (-2,79%), Mapfre (-2,35%), BBVA (-1,51%) y Santander (-0,99%) estuvieron entre los más afectados, aunque los recortes de Telecinco (-5,69%), ACS (-1,95%), Sacyr (-1,7%), Ferrovial (-1,3%) y Telefónica (-1,19%) también fueron determinantes.
A nivel bancario, mucho peores fueron los castigos de Lloyds (-8%) y Société Générale (-4,98%), entidades en buena medida responsables de que el Footsie (-1,07%) y el Cac (-0,95%) sufrieran los mayores retrocesos de Europa. Comportamientos que contrastaron con la subida del 0,04% del Dax, la única que avanzó entre las grandes.
El resultado de la reunión del BCE también marcó la evolución de la jornada. El BCE mantuvo los tipos de interés en el 1,25% ayer y alejó la posibilidad de subirlos en junio, una noticia que impactó negativamente en la cotización del euro, favoreció a la renta fija y frenó la caída de las Bolsas.
El mercado no esperaba otro incremento del precio del dinero pero sí temía que la autoridad monetaria adelantara el próximo movimiento al alza a junio ante la aceleración de la masa monetaria (M3) y las expectativas de inflación en la zona euro. Una previsión que terminó por no cumplirse ayer puesto que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no llegó a utilizar la expresión "fuerte vigilancia" para referirse a la inflación, palabras que en el pasado se han convertido en la antesala de una subida de tipos. Por contra, Trichet optó por comentar que los riesgos de inflación se vigilarán "de cerca", algo que deja entrever que la próxima subida de tipos se retrasa. A la pregunta de si será en julio respondió "sin comentarios", lo que deja abierta esa posibilidad. Barclays, por ejemplo, comentaba ayer que prevé otra subida en ese mes.
La divisa llegó a caer un 1,8% frente al dólar para situarse en niveles de 1,456. Un castigo que alejó la moneda del máximo de diciembre de 2009 que llegó a tocar días atrás, al alcanzar los 1,49. La rentabilidad de los bonos, que se mueve a la inversa que el precio, cayó en Europa, a excepción de en la deuda irlandesa y portuguesa por la crisis de deuda.
La jornada también estuvo marcada por la caída de las materias primas (el Brent cayó un 8,57%) y los renovados temores sobre la solidez de la recuperación económica ante la decepción que causaron ayer las peticiones semanales de subsidio de desempleo en EE UU. "Ahora las dudas están en el crecimiento tras el aviso que han dado los datos recientes de PIB o el ISM. Los datos de paro serán clave", explica David Ardura, de Gesconsult. En este contexto y a la espera hoy de los datos de empleo de abril, el Dow Jones cayó un 1,10%, el S&P, el 0,91% y el Nasdaq, un 0,48%.
El Tesoro paga más y salva otra subasta
Otra prueba superada. El Tesoro colocó 3.354 millones de euros en bonos a 5 años ayer a un tipo marginal del 4,56%. El precio de emisión superó el 4,408% que se pagó en la subasta de marzo pero estuvo acorde con las cotizaciones del secundario. De hecho, el Estado se pudo beneficiar de la menor tensión que se vive en el mercado. Y es que hace tan solo dos semanas el riesgo país llegó a repuntar hasta los 230 puntos básicos mientras que ayer cayó hasta los 202 puntos. En cualquier caso, con la de ayer el Tesoro encadena ya cuatro emisiones en las que se ha visto obligado a pagar más.El importe colocado, por otra parte, quedó en la parte baja de la horquilla barajada, establecida entre los 3.000 y los 4.000 millones. Con todo, los expertos valoraron el resultado positivamente puesto que la demanda ascendió a 6.231,5 millones de euros, lo que dejó la ratio de cobertura en 1,86 veces, algo inferior a la de marzo, de 2,17, pero en cierta medida debido a las características de la emisión."La subasta ha ido bastante bien. Era la reapertura de una emisión ya en vigor, -algo conocido como off the run en inglés- y en este tipo de operaciones el volumen que se mueve no suele ser tan grande como en una emisión nueva. Los niveles de rentabilidad son coherentes con el mercado y no se ha pagado una prima excesiva respecto a los niveles anteriores del secundario", explica Borja Gómez, de Inverseguros.
La cifra
5,237% es el nivel que alcanzó ayer el bono español a 10 años. El alemán se situó en el 3,21%, lo que dejó el diferencial en los 202 puntos básicos.