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Dos enemigos, de nuevo frente a frente

Tercer enfrentamiento en dos semanas

El enfrentamiento entre F. C. Barcelona y Real Madrid entra en su fase más dramática. Hasta ahora, los partidos han supuesto un crescendo cuyo capítulo final comenzará hoy, con la batalla por la final de la Champions.

Enfrentamiento.
Enfrentamiento.Reuters

Real Madrid y Barcelona, los dos grandes del fútbol español, trasladan a la competición más importante del mundo a nivel de clubes la magia de un clásico repleto de histórica rivalidad, por alcanzar la gran final de Londres y alimentar el gran objetivo de la temporada.

Las dos ocasiones que Real Madrid y Barcelona cruzaron sus caminos en unas semifinales de Copa de Europa, se impusieron los madridistas. Fue en 1960 y en 2002. En ambas ocasiones el equipo blanco acabó proclamándose campeón. En la ida tendrá todo el apoyo de su afición, que abarrotará el Bernabéu, donde no quedan entradas y la reventa está por las nubes. El penúltimo clásico de la temporada reaparece en todo su esplendor.

Este será el tercer asalto de un mes de locura entre los dos eternos enemigos. Los dos últimos duelos los más trascendentales. Los que impulsarán el camino hacia la 'Décima' o la 'Cuarta' Copa de Europa. Un enfrentamiento a vida o muerte que proclamará un vencedor de la temporada tras repartir Copa del Rey, para el madridismo, y Liga, para los culés.

Ninguno quiere el papel de favorito. Por historia le pertenece al Real Madrid. Por presente al Barcelona. La lucha psicológica la representan sus entrenadores, José Mourinho y Pep Guardiola. La batalla táctica del terreno de juego, la convierten en dialéctica en la sala de prensa. Ayer se produjo el principal choque entre técnicos desde que el portugués pisó España. El entrenador del Barça respondió finalmente a los repetidos e insistentes ataques de Mourinho, de quien aseguró que es "el puto amo" ante los micrófonos.

Lucha sobre el césped

En el plano futbolístico, el Barcelona espera dar el primer golpe de autoridad en el tercer clásico, después de dos partidos anteriores en los que los azulgrana, a pesar de dominar los choques, no supieron concretar en el tanteador la superioridad mostrada.

Para el Barça, el mejor antídoto al revés recibido la semana pasada en la final de la Copa del Rey fue la victoria el sábado contra Osasuna y haber mantenido los ocho puntos de ventaja en la primera posición de la Liga.

En dicho encuentro, el argentino Javier Mascherano volvió a jugar de central junto a Piqué, disposición que se aventura también para mañana en el Bernabéu, dado que en el caso de que se pueda recuperar definitivamente Carles Puyol -titular en la Liga contra el Madrid, pero ausente en la Copa y contra el Osasuna-, su situación física le condicionaría mucho.

La exigencia de estar al máximo en un partido como una semifinal de la Liga de Campeones podría reubicar al capitán del Barça al lateral izquierdo, debido a que en esa demarcación el conjunto catalán no tiene mimbres: Abidal está de baja tras una operación en el hígado, Adriano estará ausente cuatro semanas por una lesión y Maxwell se lesionó contra el Osasuna. Y además, con la baja inesperada de Iniesta, que ha sufrido una contractura de última hora en el sóleo. El panorama defensivo es desolador en el conjunto catalán, que arrastra una serie de bajas determinantes que han dejado al Barça menguado de potencial atrás.

El técnico portugués alinearía el mismo equipo que conquistó la Copa del Rey en Mestalla si no fuese por la sanción de Ricardo Carvalho y la lesión de Sami Khedira. Son bajas importantes de dos fijos de Mourinho que tiene pensado suplir con la entrada de Raúl Albiol en el centro de la defensa y de 'Lass' Diarra en el trivote.

El tridente ofensivo formado por Ángel Di María, Mesut ízil y Cristiano Ronaldo será el encargado de buscar goles que den ventaja en la ida ante una defensa, la barcelonista, mermada. En el Real Madrid están apercibidos de sanción Albiol, Sergio Ramos, Di María y Cristiano.

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