Oro, una apuesta ganadora durante más de 10 años
Pocas estrategias de inversión hay que puedan hacerle sombra al oro. El metal precioso va camino de su undécimo año consecutivo al alza, con una rentabilidad acumulada en términos nominales del 450%. Pasa el tiempo y siguen rompiéndose récords. La onza franqueó ayer en Nueva York la barrera de los 1.500 dólares, al llegar a cotizar a 1.505,65. La revalorización desde los mínimos de enero suma el 15%. La cuestión es, ahora, si después de un tirón tan fuerte no se habrá agotado ya la carrera. Los expertos creen que aun hay recorrido para rato, aunque a un ritmo más pausado que hasta ahora.
"Dudo que estemos ante una subida brusca del oro. Lo más probable durante los próximos meses es que se lleguen a tocar los 1.550 dólares y luego haya ciertos retrocesos durante el verano, que es una temporada tradicionalmente de menor actividad", explica Philip Klapwijk, presidente ejecutivo de la firma especializada GFMS. "Pero creo que veremos superar el nivel de los 1.600 dólares por onza antes de que termine el año". Es decir, otra revalorización adicional de al menos el 6,5%, que no está nada mal en un mundo repleto de incertidumbres.
El oro es probablemente la moneda más antigua del mundo que sigue en vigor. La cualidad particular que hace de él un valor refugio idóneo en tiempos de incertidumbre es que es un activo tangible que no figura en el pasivo de nadie. Casi todas las inversiones financieras del mundo son, al mismo tiempo, activos para unos y pasivos para otros. En cambio, el oro es, sin más, un activo para su poseedor. Históricamente, el metal precioso ha llegado a registrar avances anuales del 24% en las épocas en las que los tipos reales de EE UU son negativos, que es la circunstancia actual. Al mismo tiempo, la corriente de fondo vendedora que ha presionado durante mucho tiempo al valor ha desaparecido: los bancos centrales europeos han dejado de deshacer sus posiciones y, adicionalmente, las autoridades centrales de los países asiáticos se han lanzado a comprar oro para diversificar sus reservas rebosantes de dólares. A esto se suman las dificultades de la industria minera para mantener los ritmos de producción que exige la demanda. Con este nivel de precios, conviene vigilar la inversión en oro, pero sigue siendo un activo ideal para reforzar las carteras. Otro metal que no se puede olvidar es la plata, que en 12 meses sube un 152% y cotiza al nivel más alto desde 1980.