La profecía autocumplida de Grecia y la autoincumplida de EE UU
Lo habitual en las agencias de rating es la medicina forense. O la eutanasia. Muerto el paciente, explican los motivos, o en caso de que le quede un hálito de vida, ahí llega un rating para rematar al enfermo. Curiosamente, cuando se trata de EE UU S&P puso en práctica la medicina preventiva. Bienvenida sea.
Dice la teoría que una perspectiva negativa significa una probabilidad mayor del 30% de recorte del rating. Ahora bien, S&P habla de 2013 en su nota. Y pone el acento en que el motivo es la falta de acuerdo político para un recorte sustancial del gasto. En otras palabras, si hay acuerdo no hay bajada de rating; siendo la amenaza del rating un notable incentivo para el acuerdo político. Nombrar la profecía, en este caso, hace más inverosímil su cumplimiento. Por cierto, con España S&P tardó una semana desde que puso en revisión con perspectiva negativa (12 de enero de 2009) hasta la pérdida efectiva de la triple A (el día 19). Siempre ha habido clases.
Para la Europa periférica la lógica es diferente; las profecías tienden a cumplirse. La última, y más clara, es la reestructuración de la deuda griega. Habla Schäuble, el mercado se pone nervioso, suben los diferenciales y la reestructuración parece más cerca. Hoy, parece inminente, aunque sería un tanto extraño forzar una reestructuración mientras el país está sostenido por el apoyo europeo y antes de que se ponga en marcha el mecanismo europeo de estabilidad de 2013 que, según se nos dijo, sí contemplaría la asunción de pérdidas por parte de los inversores.
Entonces, según esta lógica, ¿Grecia reestructura ahora y luego otra vez en 2013? No tiene mucho sentido. Entonces, ¿realiza ahora una reestructuración profunda con quitas en el entorno del 50%? Mala cosa desdecirse en asuntos tan importantes. El mercado entendería que los rescates europeos ni evitan ni mitigan ni retrasan las quitas de deuda, luego Portugal e Irlanda no colocarían deuda a prácticamente ningún plazo.
Deustsche, citado por FT Alphaville, sugiere una reestructuración de perfil bajo, consistente en un retraso voluntario de los vencimientos por parte de algunos inversores. Operación que, combinada con la llegada de más ayuda europea, podría servir de puente hasta 2013. Aun en esta hipótesis el escenario no es sencillo, ni para Portugal o Irlanda ni para la banca europea, cuyos test de estrés siguen sin contemplar una quita parcial de deuda soberana.