La ciencia se pone al servicio de la felicidad
Los descubrimientos científicos más insólitos crean productos orientados a la mejora de la calidad de vida
Telequinesis o teletransportación? Una de las dos aspiraciones infantiles más codiciadas podría volverse realidad si llegan a buen término las investigaciones del desarrollador de software Roger Oschler para convertir las emociones en movimiento. Este fanático de los robots ha puesto en marcha, en colaboración con otros desarrolladores, el programa Emotic Epoc, que permite a través de un interfaz con electrodos que se coloca sobre la cabeza registrar los cambios en la actividad neuronal que producen las diferentes emociones.
Un primer vistazo ofrece dudas sobre sus aplicaciones prácticas, que todavía están en desarrollo, pero la compañía que lo distribuye (solo está a la venta en Estados Unidos) argumenta que este artilugio puede resultar muy útil en estudios de mercado, ya que permite conocer las reacciones de los clientes ante diferentes prototipos. También se están realizando investigaciones sobre sus posibilidades para que personas con movilidad reducida puedan desplazar una silla de ruedas mediante las señales eléctricas y los pensamientos detectados por Emotic.
Sus posibilidades para la industria del entretenimiento resultan más evidentes. El aparato permite crear experiencias virtuales más reales y ajustadas a lo que siente el jugador. Sus desarrolladores subrayan también sus posibilidades en el ámbito de la creación, al permitir la transformación de las emociones y las señales eléctricas cerebrales que generan en diferentes lenguajes artísticos que pueden canalizarse a través de un PC.
La preocupación por las emociones y la importancia que se le atribuyen en las relaciones sociales ha beneficiado el desarrollo de una generación de productos dirigidos a modificarlas. Una de las compañías que ha aprovechado al máximo las posibilidades de la tecnología emocional es Philips. La firma holandesa ha lanzado al mercado, todavía no al español, un curioso producto derivado de las investigaciones sobre el sueño que realiza en su laboratorio de experiencias en Eindhoven. Bautizada como Go Little Blue, esta lámpara de luz azul regula el ritmo circadiano, de tal forma que ayuda dormir mejor, aumenta la energía y mejora el humor. En definitiva, sus rayos azules permiten paliar los efectos de las depresiones invernales de países donde no abunda la luz diurna.
En el futuro
En España, la empresa Ecox ha puesto en el mercado español una solución, Angel Sound, destinada a reducir los niveles de estrés de muchas embarazadas. La directora de operaciones de Ecox, Patricia Sánchez, recuerda que uno de cada tres embarazos no llega a término y que existe una gran cantidad de mamás con una mala experiencia previa. "Estas madres, cuando consiguen estar de nuevo embarazadas, tienen miedo de no notar al bebé, pero al mismo tiempo no quieren estar molestando constantemente al médico. Este aparato es la solución para ellas", apunta la responsable de la firma. Sánchez explica que la firma Ecox se ha especializado en poner a disposición de los clientes españoles productos poco frecuentes en el mercado.
Favorecer las sensaciones positivas de los futuros padres también es la misión de otro de sus servicios más conocidos, las imágenes en tres y cuatro dimensiones (en movimiento) de los bebés, que les permiten conocer a su hijo antes de que haya nacido. En concreto, la franquicia Ecox ofrece "sesiones de contemplación" en sus centros de Alicante, Valencia, Madrid, La Coruña, Córdoba y Valladolid, en la que los padres pueden ver a sus hijos reírse, bostezar, dormir o sacar la lengua.
GeneticsPhotos versiona el gen del amor
La información genética ha dejado de ser una secuencia gris de números y letras de la mano de la compañía GeneticsPhotos, fundada por la emprendedora Laura Soteres.La firma elabora obras de arte a partir de dos tipos de información: el perfil genético y la secuencia de ADN. El cliente elige qué tipo de información quiere utilizar como base para esta pieza y selecciona también el tipo de obra artística a la que estos datos darán lugar (pintura, aerografía, escultura, joyería, música, etcétera). En tan solo nueve meses de andadura, la compañía ha captado la atención de relevantes figuras de diferentes ramas del arte, que colaboran con la firma en la interpretación de la información genética, indica Soteres. Entre ellos destacan Vicente Díez, Aurora Sánchez-Sousa y Juan Ramón Martín, entre otros.Las obras de GeneticPhotos ofrecen así una versión de las emociones que combinan la base genética con el arte. Una de las peticiones que más interés ha despertado ha sido la secuencia del gen del amor, el AVPR1A. Según los expertos, la longitud de la cadena determina la propensión a tener unas relaciones afectivas estables, aunque en el éxito final en este ámbito de la vida intervienen también factores sociales, que lógicamente no se encuentran codificados en el ADN.Soteres indica que los trabajos con la secuencia de genes que comercializa GeneticPhotos son únicos en el mundo, si bien otras empresas trabajan ya con el perfil genético. En su corta trayectoria ha comenzado a facturar pedidos en el extranjero, un éxito que atribuye al "boca a oreja", es decir, a la satisfacción de los clientes que han trabajado con GeneticPhotos.