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Guía

Hasta que la mano los separe

Gestos sencillos para dar una segunda vida a la multitud de productos de consumo que desechamos cada día, desde una cáscara de plátano hasta un ordenador.

AEROSOLES. Viejos enemigos de la capa de ozono

Lacas, desodorantes y otros clorofluorocarburos se utilizaron de forma indiscriminada entre 1950 y 1980, hasta que se descubrió que el chorrito de aire gaseoso estaba destruyendo la capa de ozono, que protege la Tierra de los rayos ultravioletas, la parte dañina de la radiación solar. El agujero en 1989 era del tamaño de Estados Unidos.

Ese año entró en vigor el Protocolo de Montreal, que fue capaz de aglutinar los intereses de los países industrializados y hoy se considera un ejemplo de cooperación internacional ambiental. Para su reciclaje basta con depositarlos en el contenedor amarillo siempre que estén vacíos. De lo contrario, deben llevarse al punto limpio.

ACEITE USADO. Sin hablarse con el fregadero

Es un gesto frecuente tirar el aceite doméstico usado para cocinar al fregadero, incluso en los casos en los que se le da varios usos, suele terminar en los desagües; de ahí viaja a los acuíferos y a los ríos. Una vez mezclado con el agua, se forma una película superficial que impide el intercambio de oxígeno y afecta a las especies animales.

Para reciclar aceite usado es necesario almacenarlo en una botella de plástico usada y, una vez llena, depositarla en contenedores destinados para estos residuos. Solo pueden almacenarse aceites vegetales de frituras, grasas y asados, alimentos enlatados y grasas caducadas. Los aceites industriales deben almacenarse separadamente.

SEPARACIâN SELECTIVA. Cada residuo en un color, sin mezclarse

El primer paso hacia la separación de residuos empieza por la basura doméstica más básica: papel, envases, vidrio y residuos orgánicos. Que no lleguen mezclados a los sistemas de recogida es crucial para garantizar una segunda vida a un envase de yogur, una botella de vino o un cuaderno. El papel irá al contenedor azul; los envases, al amarillo; el vidrio, al contenedor verde, y lo demás suele enviarse al contenedor gris de la fracción resto, en la jerga del reciclaje. Resulta vital para el sistema evitar en lo posible destinar a este contenedor otros desechos que no sean orgánicos. La basura de alimentos y vegetales aún no tiene en España contenedor propio, pese a que representa la mitad de los residuos.

MUEBLES. Vuelven los antiguos traperos (para integrarse)

La comunidad que el abad Pierre fundó en Francia para luchar contra la exclusión social ha creado multitud de adeptos en todo el mundo. Su creación se llamó Emmaus, y en España, su homónimo Emaús trabaja para sacar de la marginalidad a cientos de personas.

La organización ha creado de nuevo la figura de los traperos como elemento de apoyo a los sistemas oficiales de recogida selectiva de residuos. En Navarra, por ejemplo, Emaús recoge desde pilas, ropa y vidrio en los establecimientos hasta muebles y otros residuos voluminosos, previa firma de un convenio de prestación de servicios con mancomunidades y ayuntamientos.

TELEFONÍA. Del cajón al Tragamóvil

La Fundación Tragamóvil se creó en el año 2003 por los principales fabricantes de telefonía móvil y está financiada por estas empresas para dar una salida a uno de los bienes de consumo que más ha crecido con la llegada de la sociedad moderna.

Según la fundación, hasta el 90% de los componentes de un móvil son reciclables y su reutilización evitaría la comercialización masiva de coltán, un mineral que se utiliza para la fabricación de casi todos los dispositivos electrónicos. República de Congo alberga el 80% de las reservas mundiales y su uso masivo está detrás de la financiación de guerras y la desaparición de especies. Los puntos de recogida son tiendas de telefonía, ayuntamientos y puntos limpios.

PILAS. Evitar los tóxicos de la linterna en los acuíferos

Energizer, Philips, Cegasa, Sony y Kodak crearon la Fundación Ecopilas en el año 2000 para la recogida de pilas y baterías al final de su vida útil. Hoy aglutina a 506 empresas y representa el 70% del mercado de pilas portátiles y más del 25% de las pilas industriales que se comercializan en España, según datos del Registro Nacional de Productores de Pilas y Acumuladores gestionado por el Ministerio de Industria. En 2010 se reciclaron el 25% de las pilas que se pusieron en el mercado.

El recopilador, una caja de color verde con un teléfono que sonríe hace las veces de punto limpio, y se encuentra en comercios, centros educativos y centros públicos.

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