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A fondo

Los políticos y los inmuebles

Hace unos años una de las defensas que hacían las cajas de su naturaleza jurídica era que nunca habían costado dinero público al contribuyente. La banca sí (la última intervención del sector fue la de Banesto en diciembre de 1993). Hoy son los bancos los que reclaman que la recapitalización de las cajas tenga el menor impacto posible en el erario público.

Tras la intervención hace dos años de CCM y del pasado ejercicio de Cajasur planea sobre el cielo del sector financiero la delicada situación de CAM, además de la recapitalización de otras siete cajas. De ellas, cuatro necesitan nuevamente fondos públicos.

El elevado riesgo inmobiliario asumido en los años de bonanza ha sido el principal detonante de la caída de estas entidades financieras, según se volvió a reiterar ayer.

La gobernanza de las cajas, con consejos rebosantes de políticos también tuvo un espacio destacado en las jornadas financieras celebradas ayer. Y es que una cosa llama a la otra. Un inadecuado gobierno corporativo provoca un inadecuado control de la entidad. Por ello, los bancos reclaman que la reestructuración de las cajas se haga ya, y con el menor coste del Estado.

"El capital público solo debe usarse como último recurso para crear una entidad sólida y eficiente. Si el capital público no entra en una entidad para que tenga garantías de futuro, es mejor que no entre", declaró el presidente de la AEB, Miguel Martín. Y reconoció que la actual situación de CAM crea "intranquilidad" en los mercados.

El consejero delegado de Santander, Alfredo Sáenz, reclamó lo mismo. La recapitalización de las entidades "debe hacerse prioritariamente vía sector privado para evitar dañar las cuentas públicas", dijo. La utilización de fondos públicos debe ser "solo el último recurso y a precios de mercado", reclamó.

El presidente de Banco Popular, Ángel Ron, insistió sobre las ayudas públicas a las cajas. Recordó que Popular era una de las entidades financieras más solventes de España y de Europa sin haber apelado a los fondos del Estado. El consejo delegado de Banesto, José García Cantera, presumió -como lo hizo Ron con Popular-, de que Banesto está "muy bien posicionado para poder aprovecharnos de las oportunidades, si se producen", en referencia a la posible compra de una caja o de su red de oficinas.

Pero todos los ojos estaban puestos en el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien tiene la última palabra sobre los proyectos de recapitalización de las cajas el 14 de abril. Ordóñez se escudo en los Gobiernos anteriores del PP y del PSOE, como de las Comunidades Autónomas de no haber reaccionado antes de estallar la crisis, y por lo tanto, de no haber iniciado la reforma de las cajas en años de bonanza.

Coincidió en que la mejor vía para recapitalizar las cajas, y ahora CAM, es con capital privado. "Si se consigue de forma privada sería bienvenido", dijo.

Mientras, los responsables de las cajas apoyan ahora la bancarización del sector. "No hay que llorar por la leche derramada", dijo el copresidente de Banca Cívica, Enrique Goñi. El presidente de Banco Mare Nostrum, Carlos Egea, defendió que las cajas coticen. El director general de La Caixa, Juan María Nin, fue contundente al reclamar un cambio en la gobernanza de las cajas. "Es un tema capital de cara al futuro".

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