Inditex, a la conquista de las 6.000 tiendas
Es un referente en la moda española. Su emblema, Zara, ha logrado llegar al último rincón del mundo sin perder su esencia gallega
Un apetito voraz para conquistar el mundo. El grupo Inditex ya ha superado la barrera de las 5.000 tiendas y, dado su ritmo de aperturas, la barrera de las 6.000 parece una meta factible. La compañía presidida por Amancio Ortega ha cerrado el ejercicio 2010 con un beneficio de 1.732 millones de euros (un 32% más que en el año anterior), lo que despeja cualquier sombra de crisis.
La dueña de Zara, Bershka y Oysho ha hecho una clara apuesta por Asia, donde centra su crecimiento para esquivar los maduros mercados occidentales. Este año prevé abrir entre 460 y 500 tiendas. De ellas, la cuarta parte estará en China. Pero España es fundamental para el grupo. Genera el 28% de sus ingresos, es decir, alrededor de 3.507 millones de euros. "El impacto de nuestro negocio en España es muy relevante, dado que contamos con más de 44.000 empleados, entre ellos todos los que desempeñan tareas en las áreas de diseño y producto, gestión comercial y dirección estratégica", explican fuentes de Inditex. "Desde sus orígenes, hace ya más de 30 años, Inditex mantiene todos sus centros de decisión en España, de la misma forma que se ha mantenido nuestra estructura logística centralizada", argumentan. "Contamos con más de 5.500 proveedores directos españoles, a los que generamos un volumen de negocio cercano a los 2.000 millones de euros", reiteran desde Arteixo.
La sucesión de Ortega
De perfil bajo y trabajo constante, Pablo Isla se ha convertido en el sucesor perfecto. A principios de año, Amancio Ortega confirmaba a su consejero delegado como futuro presidente con poder ejecutivo a partir del próximo verano, una vez logre el visto bueno de la junta de accionistas de Inditex. Ortega reconocía en enero sentirse orgulloso de "haber creado entre todos una gran empresa internacional", que a partir de ahora tiene por delante reforzar aún más su internacionalización sin perder de vista Europa y, sobre todo, España.