En Sacyr se vuelve a hablar de obras
Rastrea oportunidades en Estados Unidos, México, Panamá y Brasil
s posible que Sacyr haya pasado malos momentos desde que se le atragantara la presencia en la francesa Eiffage, de la que salió en abril de 2008, y se viera obligada a vender Itínere para recortar deuda. Sin embargo, en la empresa también en el mercado se habla cada vez menos de estrés financiero, a lo que han contribuido la mejoría bursátil de Repsol (es primer accionista con el 20,01%), la refinanciación de la filial Vallehermoso y, cada vez más, los logros en el campo de la ingeniería civil.
Ampliar capital ha supuesto garantizar inversiones en curso, mientras se han atajado tensiones con la deuda
La firma que preside Luis del Rivero está ejecutando en Panamá la mayor obra del momento, con la ampliación del Canal. La puesta en funcionamiento del tercer juego de esclusas está valorada en 3.118 millones de dólares, una actuación que ha destacado a Sacyr en el mapa de los grandes grupos mundiales de infraestructuras y ha llenado su tanque de autoestima. Ahora toca pelear por hacer rentable una obra de alta complejidad. La autopista italiana Pedemontana-Veneta (2.200 millones) o el puente sobre el estrecho de Messina esperan en cartera, mientras su área de negocio internacional busca trabajo en el AVE de California, Colombia, Perú, Brasil, México o la propia Panamá. Más allá de competir fuera, Sacyr ha ampliado capital por un total de 497 millones, lo que le asegura gasolina para crecer, está amortizando deuda (ha pasado de 19.526 millones en 2008 a 10.995 millones en 2010) y se dispone a refinanciar los 4.947 millones que debe por su posición en Repsol.