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Análisis

¿Y si creamos cajas zombis?

Ha sido coincidencia, o eso parece. La AEB ha celebrado esta mañana su asamblea anual, tras la cual, su presidente, Miguel Martín, dio una rueda de prensa para explicar los resultados y situación de sus asociados. Uno de sus primeros mensajes a la prensa fue que los bancos españoles no habían necesitado ayudas públicas.

Esta declaración no es nueva, pero hoy se hacía más relevante. Mientras la patronal de la banca celebraba su asamblea, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) reunía también a sus consejeros generales para aprobar o no la segregación de todos sus activos en Banco Base. Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria están haciendo ahora también lo propio. Pero frente a la decisión de CAM de aprobar la operación, las otras tres cajas son más proclives a la ruptura de este SIP.

Martín fue muy selecto en su intervención ante la prensa cuando se le preguntó por el futuro de CAM y la opinión de la banca sobre lo que estaba sucediendo en el sector de ahorros. Dijo que las cajas no distorsionaban la competencia, sólo las entidades que han recibido dinero público lo pueden hacer (la banca europea y algunas cajas españolas). Y a buen entendedor pocas palabras bastan.

También se cuido muy mucho de citar a las cajas, pero advirtió del peligro existente de que surjan entidades "zombis" que hayan recibido ayudas públicas a través del FROB si no se acomete una reestructuración "profunda que garantice su supervivencia". Y reflexionó sobre las peticiones que han realizado cuatro cajas de fondos públicos por 7.700 millones de euros. "Cuando el dinero es público y te lo dan, yo también pediría más", dijo en broma, pero con un semblante más serio de lo habitual en él. Advirtió que las entidades que reciban fondos del FROB deben realizar una profunda reestructuración. "Es un peligro inyectar capital público sin que la entidad se reestructure en el sentido profundo de la palabra".

Se pregunto si sigue teniendo sentido la "distinción entre bancos y cajas", Y cree que la reestructuración de estas últimas entidades todavía llevará tiempo. Entre otras cosas por qué no se entiende la estructura y formación de algunas de las fusiones que se han realizado. Indicó que las entidades que reciban dinero público deben integrarse en otras que garanticen su supervivencia. Y fue más claro cuando advirtió de las dudas sobre la creación de algunos SIP, a los que denominó unidades de negocio.

Como ya lleva tiempo pidiendo la banca, Martín volvió a insistir en la necesidad que la reestructuración del sistema financiero español se haga "con celeridad".

Martín espera, como los bancos, que el dinero público que se vuelva a dar a algunas entidades financieras (cajas) "no se utilice para iniciar una guerra del pasivo".

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