Sol Meliá impone en RSC la diplomacia corporativa
Clientes y empleados opinan para crear valor en la cadena.
Conjugar la responsabilidad social con la diplomacia corporativa. Este es el proyecto que centra la estrategia de Sol Meliá en responsabilidad social corporativa (RSC). Así lo explica Sebastián Escarrer, vicepresidente de Sol Meliá: "Nuestra estrategia es doble, ya que actuamos en la vertiente interna, tratando de identificar aquellos procesos en los que podemos mejorar y asegurar un comportamiento sostenible (procesos de contratación, compras, marketing u otros aspectos de gestión). Y, también, en la vertiente externa, poniendo el foco en generar mecanismos de diálogo y escucha activa hacia los grupos de interés, de manera que podamos conocer sus expectativas y ajustarnos mejor a lo que esperan de nosotros".
En este punto, el modelo de diplomacia corporativa creado por Sol Meliá se alza como elemento clave. "Buscamos garantizar que los grupos de interés cuenten a la hora de tomar decisiones dentro de la compañía y, en paralelo, que la empresa se haga oír ante ellos para que nos conozcan mejor. Somos conscientes de que si no suceden cambios dentro, no hay nada que contar fuera y sobre lo que construir nuestra posición pública".
La diplomacia corporativa de la compañía hotelera se basa en una gestión de la información, tanto hacia el exterior como al interior; en una gestión de las relaciones y en la representación y participación institucional, con la misión de construir un perfil público de la empresa.
En este sentido, Sol Meliá ha elegido un modelo de diplomacia corporativa ajustado a la gestión de la oportunidad. La empresa pretende, con dicho modelo, percibir que la gestión profesional, "proactiva y no impuesta de las relaciones con los grupos de interés, supone una oportunidad de creación de valor".
La empresa destaca que esta política supone beneficios como un mejor acceso a nuevos mercados; relaciones más fluidas con las Administraciones públicas; ser socio preferente de otras empresas; captación de clientes; una anticipación ante la competencia o captación y retención de empleados.
Escarrer expone que la principal meta de la cadena, en este ámbito de la RSC, pasa por "lograr que los grupos de interés nos identifiquen con la sostenibilidad y nos prefieran por ello. En un mercado saturado de oferta como es el hotelero, cada día es necesario diferenciarse y la sostenibilidad es la ventaja competitiva por la que hemos apostado. Sabemos que este es un largo camino y que requiere la implicación de toda la compañía".
Una de las actuaciones tiene que ver con la sensibilización. "Si queremos distinguirnos por nuestro carácter responsable, es necesario formar e informar a dos grupos de interés críticos: empleados y clientes. Nos gusta pensar que podemos convertir nuestros hoteles en escuelas de ciudadanía. Con la ayuda de los empleados, podemos hacer que el cliente se sienta partícipe de nuestro compromiso con la sostenibilidad", apunta Escarrer.
Iniciativas en la 'huella ecológica'
La cadena hotelera ha empezado a trabajar en la huella ecológica. A tal fin, Escarrer destaca, como principales retos, la implantación efectiva de la alianza estratégica entre Sol Meliá y Unicef y del acuerdo de la compañía con la Fundación ONCE. "Ambos contienen acciones que estamos ya desplegando en los hoteles".Otros proyectos tienen que ver, en este año, con la mejora del diálogo con los grupos de interés a través de internet y reforzar los vínculos con la comunidad académica. "Todo ello sin abandonar lo que ya tenemos en marcha, pues creemos que la reputación se gana con la continuidad y la perseverancia. El 40% de nuestros clientes valoran la sostenibilidad como un factor para elegirnos", dice Escarrer.