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Responsabilidad social

Mayores exigencias éticas para Santa Bárbara

Accionistas piden un compromiso con los derechos humanos.

Las exigencias de los accionistas hacia sus empresas son cada vez mayores. Y no solo a la hora de reclamar un mayor retorno a sus inversiones. También en materias relacionadas con la responsabilidad social y la ética en los negocios.

En este campo, uno de los sectores más delicados es el de la defensa. Las compañías que fabrican y venden armamento de todo tipo se ven sometidas a un severo escrutinio por las implicaciones que tiene su actividad.

Este es el caso de la antigua empresa nacional Santa Bárbara, integrada en la actualidad en el grupo estadounidense General Dynamics. En la próxima junta general de la compañía, que se celebrará el 4 de mayo, los accionistas tendrán que votar una propuesta que exige a la compañía un mayor compromiso con los derechos humanos. La petición cuenta con el rechazo del consejo de administración.

Congregaciones de religiosas

La iniciativa parte de tres grupos de accionistas diferentes: la Hermanas de Santa Agnes, Mercy Investment Services y Loretto Literary & Benevolent Institution. Detrás de los tres hay sendas congregaciones de religiosas católicas que pertenecen al ICCR, un centro que agrupa a distintas asociaciones (muchas de ellas religiosas, de distintas confesiones) que exigen responsabilidades a las empresas en materia de transparencia y gobierno corporativo.

El centro se creó en Estados Unidos en 1971 para pedir explicaciones a las compañías y a las entidades financieras que en aquel momento hacían negocios con el régimen sudafricano del apartheid. Como accionistas de diferentes empresas, las asociaciones del ICCR presentaron, solo el año pasado, 282 iniciativas en las respectivas juntas de accionistas para mejorar los estándares de comportamiento de las compañías.

En el caso de la matriz de Santa Bárbara, los tres grupos de accionistas quieren que la empresa evalúe las políticas que sigue para ver si respetan y promueven los derechos humanos, presentando un informe con las posibles áreas de mejora para finales de año.

Estos accionistas recuerdan que General Dynamics es el quinto suministrador de defensa del Gobierno de Estados Unidos, con contratos valorados en 14.950 millones de dólares (10.545 millones de euros), y que, sin una política explícita respecto a los derechos humanos, corre el riesgo de ver perjudicada su reputación al operar en países donde las leyes son débiles y la violación de derechos está documentada. En este punto citan, como ejemplo, Afganistán o la zona de Oriente Próximo.

El consejo de General Dynamics, sin embargo, entiende que elaborar un informe de este tipo supondría "una carga y un gasto innecesario para la compañía a cambio de un beneficio (si es que lo hay) limitado para los accionistas".

Los responsables de la compañía se remiten a lo que internamente se conoce como el Libro Azul, que recoge las normas de conducta y ética en los negocios de General Dynamics, y que se abre con un "nuestro objetivo empresarial es la obtención de beneficios razonables en nombre de nuestros accionistas".

El consejo subraya que el documento ya recoge "prácticas y políticas que tienen en cuenta un amplio abanico de cuestiones relacionadas con los derechos humanos y el trabajo", con asuntos como la resolución de conflictos de intereses, el tratamiento de información privilegiada, el respeto a las leyes o el rechazo a sobornos o comisiones ilegales.

Los consejeros de General Dynamics añaden, también, que la mayor parte de la actividad del grupo nace como respuesta a peticiones concretas del Gobierno estadounidenses. "Por eso, pensamos que las preocupaciones políticas o ideológicas de los promotores de la iniciativa por el trabajo desarrollado, a petición del Gobierno, en las áreas geográficas citadas, deberían trasladarse mejor a los responsables políticos", concluyen.

Gigante de defensa. General Dynamics, contratista clave del Pentágono

General Dynamics, la matriz de Santa Bárbara, es uno de los grandes grupos de defensa mundiales.El año pasado, la compañía facturó 3.735 millones de euros en el negocio aeroespacial, 6.258 millones en sistemas de combate, 4.705 millones en naval y 8.185 millones más en su negocio de sistemas de información y tecnología.La aportación de España a las ventas totales del grupo fue de unos 317 millones de euros.

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