Fusión fría de las cajas vascas
Hay fumata blanca. Tras varios días de intensas negociaciones las tres cajas vascas han llegado a un acuerdo para constituir un SIP que será anunciado mañana por sus presidentes y ya ha sido comunicado a la CNMV. El pacto supondrá crear una entidad con unos activos de unos 80.000 millones de euros y un beneficio conjunto en 2010 cercano a los 340 millones, 6.000 empleados y casi 900 sucursales.
El acuerdo, pactado por sus respectivos consejos de administración y apoyado por el PNV, PSE-PSOE y PP, supone cerrar un proceso natural de integración pero que ha encontrado innumerables escollos. Primero fue la fallida fusión en caliente de las tres, después el fracaso proyecto de BBK y Kutxa y últimamente el pacto para acercar a la entidad de ahorro vizcaína y Caja Vital Kutxa. Los políticos, ahora se han puesto de acuerdo
El nuevo grupo nace con un importante músculo en su balance. A falta de cerrar los porcentajes que cada entidad tendrá en el SIP, BBK, tras la integración de Cajasur y la propia evolución de su negocio, contará con una mayoría considerable respecto de las otras dos cajas. Fuentes consultadas aseguran, sin embargo, que el SIP se constituirá con una voluntad de respeto para cada una de las entidades que mantendrán la gestión autónoma de su obra social y, también sus marcas.
La fusión de las tres cajas es la más natural dentro de los procesos de reestructuración que está viviendo el sector en España. Cada una opera en su territorio, salvo pequeñas excepciones, no hay solapamiento de sucursales y mantiene una sólida cartera de clientes. Las tres, además, sitúan su core capital por encima del 10%, lo que supera los límites exigidos por el Banco de España.
La nueva entidad se hará cargo de una potente cartera industrial. Bajo ella se cobijaran, entre otros activos, el 6,5% de Iberdrola, el 5% de ENAGAS, una importante participación de Zeltia, de NH Hoteles y de Petronor.