AT&T se hace con la filial americana de Deustche Telekom por 27.600 millones
Ajenos a los sobresaltos del terremoto de Japón y la crisis libia, los consejos de administración de la estadounidense AT&T y de Deutsche Telekom cerraron ayer una operación por la que la estadounidense compra a la alemana su filial T-Mobile USA por un importe de 39.000 millones de dólares, unos 27.600 millones de euros.
Según el acuerdo alcanzado por las dos compañías de telecomunicaciones, AT&T realizará un desembolso en metálico por 25.000 millones de dólares ( 17.600 millones de euros) y abonará el resto del importe con acciones propias. De este modo, Deutsche Telekom se convertirá en accionista de referencia con una participación que rondará el 8% del capital. Aun así, AT&T tiene derecho a elevar la parte que pagará en metálico en otros 4.200 millones de dólares, lo que en tal caso reduciría la participación de la alemana en su accionariado al 5%. El acuerdo establece un período de un año en el que la operadora alemana no podrá vender títulos de la estadounidense.
AT&T no asumirá con esta operación deuda ni de Deutsche Telekom ni de T-Mobile USA. Además, contará con una línea de crédito concedida por JPMorgan de 20.000 millones de dólares. "Esta transacción representa un importante compromiso de fortalecer y ampliar la infraestructura de telecomunicaciones para el futuro de nuestra nación", ha asegurado Randall Stephenson, presidente y consejero delegado de AT&T.
La compañía estadounidense opina que la adquisición generará beneficios para el grupo al cabo del tercer año, sin contar con los costes de integración. La operación incrementará los ingresos pro-forma de 2010 en la división de wireless de 58.500 a 80.000 millones de dólares. AT& T es ahora el segundo operador móvil de EE UU, pero con la compra de T-Mobile sumará 34 millones de nuevos clientes, lo que permitirá desbancar a Verizon en este segmento de negocio. Además, la compra garantizará la suficiente generación de cash flow para mantener el pago de dividendo, que AT& T ha incrementado de forma ininterrumpida durante 27 años, explica la compañía.
El despliegue de la tecnología inalámbrica 4G está detrás de una operación por la que AT&T cree tener capacidad para llegar en el largo plazo al 95% de la población estadounidense, incluidas las zonas rurales y las pequeñas poblaciones.
EE UU es uno de los países en que se compite con mayor fuerza en el negocio de las tecnologías inalámbricas. La mayor parte de los consumidores pueden optar entre las soluciones de cinco o más operadores, dándose una dura pugna entre grandes compañías, proveedores low cost y toda una serie de firmas de implantación local.