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La cifra de víctimas sigue aumentando

El humo que despiden dos reactores ralentiza la recuperación de Fukushima

El restablecimiento ayer de los generadores de electricidad en la central de Fukushima hacía presagiar una mejora en la delicada situación de los reactores. Pero los dos cortinas de humo que despiden las unidades 2 y 3 obligarán a retrasar la conexión eléctrica de los sistemas de refrigeración.

Hasta bien entrada la madrugada, varios camiones cisterna continuaron abasteciendo de agua a los reactores más dañados, el 3 y el 4, según la agencia local Kyodo. Los seis reactores de la planta habían sido conectados a los generadores eléctricos, y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), declaraba que situación sigue siendo seria pero ha mejorado en las últimas horas. La vuelta al funcionamiento de los sistemas de refrigeración, clave para reconducir la situación, parecía inminente.

Pero las noticias de optimismo comenzaron a verse trucadas cuando una cortina de humo grisáceo se avistó en el reactor 3 a primera hora de esta mañana (06,55 GMT). Pocas horas más tarde, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón confirmaba una segunda hilera de humo en la unidad 2. Los operarios de Fukushima lograron detener el primer escape, pero a estas horas el 2 sigue despidiendo un humo blanco.

La emergencia ha obligado a detener los trabajos de conexión eléctrica en las unidades afectadas. El Gobierno japonés ha asegurado que se está investigando el origen del humo y que la radiación en torno la central no ha aumentado. Un portavoz de la operadora, TEPCO, ha señalado que tampoco hay cambios en la presión del reactor 3, aunque por seguridad se ordenó evacuar a los trabajadores en ese área de la central mientras se investiga la situación.

Las unidades 5 y 6, por su parte, son las menos afectadas y el domingo se registraron temperaturas relativamente normales en sus piscinas de almacenamiento de combustible usado. Tras una nueva reunión extraordinaria en Viena, el director general de la OIEA ha destacado que se ha reducido la presión en la vasija del reactor en las unidades 3 y 4 (de los 6 existentes en Fukushima), mientras que en las unidades 5 y 6 se ha restablecido la refrigeración.

Pese a confirmar que no se ha producido un aumento de la radioctividad en la zona, las autoridades japones han prohibido hoy la venta de prodcutos alimenticios producidos en las inmediciones de la central. El Gobierno de Japón ha prohibido la venta de leche producida en la región de Fukushima, así como el comercio de espinacas procedentes de cuatro prefecturas próximas a la central. De la misma manera, el Ministerio de Sanidad ha recomendado a los habitantes de Iitate, una localidad de la prefectura de Fukushima, que no beban agua del grifo debido a los materiales radiactivos encontrados en ella.

El agua de Iitate triplica los niveles normales de radiación, según las últimas mediciones. El Ministerio ha detectado 965 becquerelios de yodo radiactivo cuando lo habitual son 300 becquerelios, aunque el agua es apta para la higiene personal y para cocinar los alimentos. El Gobierno nipón ha descartado que su consumo suponga un riesgo inmediato para la salud humana. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la detección de contaminación radiactiva en los alimentos procedentes de las zonas más afectadas supone un problema "más grave de lo que se esperaba".

El balance de víctimas sigue aumentando

Mientras se difumina ligeramente el riesgo a la fuga nuclear, el número de víctimas sigue aumentado. La cifra de fallecidos ha ascendido a 8.649 muertos y ya son12.877 los desaparecidos, según ha inforamado hoy la Policía Nacional nipona.

Del total de fallecidos, 5.244 pertenecen a la prefectura de Miyagi, la más afectada por el seísmo; 2.650 a la de Iwate; y 699 a la de Fukushima. Hasta el momento han sido identificados 3.550 cadáveres.

En cuanto a los desaparecidos, aunque la cifra es elevada, los equipos de rescate confían en que la mayoría de estas personas se encuentren entre los 500.000 supervivientes que continúan aislados en unos 2.300 refugios de la costa

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