El BCE pide que el nuevo mecanismo de rescate tenga rango de Tratado
El Banco Central Europeo recomendó hoy que el nuevo mecanismo de rescate permanente se establezca mediante un tratado internacional de derecho público.
El BCE considera que "hay cuatro características que mejorarían la efectividad del Mecanismo Europeo de Estabilidad y facilitarían su funcionamiento. Así, "debería ser establecido por un tratado sujeto al derecho público internacional" ratificado por los países de la zona del euro, por lo que las legislaciones nacionales han de ser compatibles con las disposiciones del pacto.
El BCE señala que es deseable que este nuevo mecanismo pueda proporcionar apoyo financiero temporal a los países que tienen dificultades para acceder a la financiación en los mercados. El ESM (por sus siglas en inglés) sustituirá los acuerdos temporales actuales del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (EFSM) y del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), que seguirán en vigor hasta junio de 2013.
Además, el nuevo mecanismo debería ser diseñado de una forma que minimice los riesgos morales y refuerce incentivos para los ajustes macroeconómicos y fiscales. Asimismo, el BCE señala que la asistencia financiera a los países que atraviesen dificultades de financiación debe estar sujeta a "condiciones estrictas".
La normativa para la toma de decisiones en el nuevo mecanismo de rescate ha de favorecer la eficiencia, por ejemplo mediante acuerdos entre los Estados miembros, sin que sea necesaria la unanimidad, y con formas de decisión más simples.
El BCE solicita que el nuevo mecanismo tenga "un abanico de instrumentos apropiado para poder luchar efectivamente contra el contagio en situaciones de inestabilidad aguda de los mercados financieros". Según el organismo emisor, los términos de asistencia a un país deberían ser similares a los del Fondo Monetario Internacional (FMI), con créditos más bajos de los que ofrece el mercado y la condición de aplicar un programa de ajuste fiscal.
El nuevo mecanismo de rescate no podrá ser una entidad de contrapartida en el Eurosistema, lo que implica que no podrá recibir financiación del BCE. El BCE insta a los países de la zona del euro a aprobar la decisión rápidamente, para que entre en vigor el 1 de enero de 2013.