Bruselas plantea 'euroavales' para financiar las infraestructuras en la UE
La escasez de crédito y la práctica desaparición de las garantías que concedían antes las compañías de seguros a las emisiones de bonos realizadas por las concesionarias de infraestructuras han hecho que la Comisión Europea se plantee respaldar con aval público estos bonos, creando lo que serían euroavales. El objetivo es volver a hacer atractivos a los inversores estos productos.
Los grandes proyectos de infraestructuras contribuyen a generar enormes beneficios tanto para la población, como para la economía en general, según coinciden los expertos y los principales responsables políticos. Sin embargo, la crisis financiera mundial, además de poner difícil a las empresas la obtención de fondos, ha recortado drásticamente los presupuestos de las administraciones y ha maniatado a los Gobiernos para que puedan apoyar a este tipo de grandes obras.
La Comisión Europea ha entendido esta problemática. Por ello, ha puesto en marcha una consulta pública a todos los Estados para crear una estructura que permita garantizar con aval público las obligaciones emitidas por empresas privadas para financiar proyectos a gran escala.
Y es que a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la UE aún necesita dotarse de nuevas infraestructuras en materia de transporte, energía, internet y telecomunicaciones. Es más, los últimos cálculos que maneja Bruselas estiman que a lo largo de la próxima década harán falta entre 1,5 y 2 billones de euros para poner al día las redes europeas de toda clase de infraestructuras.
Grandes inversores
Antes de la crisis financiera, las obligaciones para estos proyectos representaban el 10% del mercado. Estos bonos llevaban el aval de compañías de seguros con el objetivo de que resultaran atractivos a los inversores. El problema es que esas garantías han desaparecido y nada indica que vayan a volver a corto plazo.
Es en este punto donde cobra especial relevancia la iniciativa adoptada por la Comisión. "Dotar a esos bonos de un aval público a nivel europeo puede calmar los temores que tienen ahora los grandes inversores, como fondos de pensiones, a la hora de entrar en proyectos de esta envergadura", asegura José Díaz-Caneja, director gerente de Foro PPP Infraestructuras. En la propuesta planteada por Bruselas está previsto que este aval se conceda a proyectos acordes con el plan Europa 2020, la estrategia de la Unión para potenciar el crecimiento y el empleo. La Comisión quiere compartir los riesgos con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), quien se encargará de estudiar los proyectos y fijar el precio de las garantías o préstamos.
Al igual que cuando se financian con deuda bancaria, los proyectos tendrán que ser viables económica y técnicamente, además de ofrecer posibilidades de ingresos fuertes y estables, recuerdan en Foro PPP. Una vez concedida la garantía pública, serán las empresas privadas y no la UE o el BEI quienes ofrezcan los bonos a los inversores. Ahora, los Estados tienen de plazo hasta el 2 de mayo para enviar a Bruselas sus sugerencias, ya que la Comisión quiere tener lista su propuesta definitiva en junio con el fin de que estos instrumentos estén disponibles en 2014.
El esfuerzo inversor de España, por debajo de sus socios europeos
"La construcción pesa mucho en la economía española". "Se cometieron demasiados excesos en el sector del ladrillo". "Depende de cómo se mida la actividad", contesta la patronal de las grandes constructoras Seopan. El Gobierno insiste en que en los últimos siete años se ejecutaron inversiones por valor de 98.000 millones de euros. Defiende que en 2010 la inversión pública representó el 1,7% del PIB, cuando en Reino Unido fue del 0,5%, igual que en EE UU y el 0,7% en Alemania.Pero si se compara lo que creció en términos reales la economía con el avance registrado por la inversión en obra civil en el periodo 1995-2010, el resultado ya no es tan favorable para España.Durante la celebración en Madrid de la Semana de la Ingeniería de Caminos, según el estudio presentado por el vicepresidente ejecutivo de Seopan, Julián Núñez, "en obra civil hemos crecido en los últimos años igual que lo ha hecho el PIB en términos reales (en euros constantes de 2010)".En países como Italia, Reino Unido o Finlandia, la obra civil más la edificación no residencial (no se pueden separar ambos conceptos en la contabilidad europea) tienen una tasa real de crecimiento superior a la del PIB, o claramente superior, mientras en España se mantiene claramente por debajo a lo largo de todo el periodo, explican desde Seopan. Más similar a lo ocurrido en España es lo acontecido en Alemania. Aunque en este caso, hay que tener en cuenta que este país no contaba con el déficit de dotación de infraestructuras de España. También en Francia, durante los años de boom económico ambas curvas fueron muy pegadas y solo de 2005 a 2009 se aceleró la inversión en obra civil. Por tanto, teniendo en cuenta estas variables, España no ha realizado un esfuerzo superior al de algunos de los grandes países de la UE, destaca la patronal.Otra de las acusaciones que se suele verter sobre la construcción es que se trata de un sector poco productivo e innovador. Núñez lo rebate de nuevo con cifras. Asegura que de 1970 a 1995 la productividad del sector creció a un 2,2% real de media anual. Dicho porcentaje se redujo después hasta el entorno del 1,5% anual tras la eclosión de la economía. En cuanto a la innovación, defiende que "si no fuésemos innovadores, no seríamos el tercer país del mundo por uso de tuneladoras, con 35 en España y 25 en el exterior".