A menor control de calidad, obras más caras
El drástico recorte del gasto al que están obligadas todas las Administraciones públicas por imperativo de Bruselas no ha podido llegar en peor momento: año electoral para ayuntamientos y buena parte de las comunidades autónomas.
Y como si hay algo que está demostrado que da votos es la inversión pública, muchas de esas administraciones han reordenado sus presupuestos y han decidido recortar de los fondos destinados a supervisión y control de calidad de las infraestructuras en marcha, con el fin de contar con más dinero para obra nueva.
El presidente de la patronal de las empresas de ingeniería y consultoría, Tecniberia, José Luis González Vallvé, asegura a CincoDías que comunidades autónomas y ayuntamientos han reducido a apenas un 0,5% el gasto para el control de calidad de las obras en marcha cuando antes destinaban un 2%, "como consecuencia del lobby que hacen algunas constructoras". Explica González Vallvé que si hasta ahora se dedicaba al conjunto de toda la labor que hace una ingeniería (redacción de proyecto y control de calidad) un promedio del 5% del presupuesto de una obra, en la actualidad ese porcentaje está disminuyendo de forma dramática. "Y recordemos que esos porcentajes de gasto en ingeniería en España se sitúan por debajo de la media que se presupuesta en los países más avanzados", añade el presidente de Tecniberia.
Ser más rentables
Los ingenieros recuerdan que de la calidad con que se realice el proyecto de una obra y del control que se haga después de cómo se construye, depende que la infraestructura cumpla la función para la que fue diseñada sin ningún sobrecoste. En este sentido, el sector critica cómo los últimos concursos convocados por algunas regiones han adjudicado contratos de control de calidad de obras con bajas del 52% y 47,5% sobre el precio de licitación.
"De los 30.000 millones de euros de promedio destinados a obra nueva que se han invertido durante los últimos años, 10.000 millones correspondían a modificados, que con mejores proyectos y más gasto en ingeniería se podían haber ahorrado", aclara González Vallvé.
Por su parte, el presidente de la ingeniería Typsa, Pablo Bueno, defendió ayer en Madrid el mismo argumento. "En España sería sumamente rentable llegar a las cifras de gasto en ingeniería que se registran en los países más desarrollados del planeta: entre el 5% y 6% del coste de la obra para la redacción del proyecto y un 3% o 4% adicional para la supervisión".
Durante su intervención en la primera sesión de la Semana de la Ingeniería de Caminos de Madrid, el máximo responsable de la ingeniería Typsa explicó que con apenas un aumento del 2% del presupuesto destinado a ingeniería se podría lograr hacer un 20% más de obra con el mismo dinero.
"Algo similar ocurre con el control de calidad. Con apenas un incremento del 1% del gasto en esta partida, disminuirían sensiblemente los costes de conservación de la infraestructura", añadió. Ante más de 400 constructores y consultores, la ingeniería reivindicó ayer su papel en el progreso experimentado por España.
Las claves
Gasto en ingenieríaDiseño: el gasto de elaborar el proyecto no debería bajar del 5%-6% del coste total de la obra.Supervisión: un marco razonable sería del 3% al 4% del presupuesto de la infraestructura.Inversión: destinar a infraestructuras públicas menos del 1,5% del PIB anual en España restaría competitividad.
Tajos abandonados a merced del óxido
Recortar, ahorrar, ajustar. Son las tres palabras que más tienen que escuchar los contratistas que acuden casi a diario al Ministerio de Fomento para negociar los nuevos términos de los contratos de obras afectados por el severo plan de ajuste impuesto por el Departamento que dirige José Blanco, valorado en 5.700 millones. Tal y como anunció en su momento el ministro, la negociación se está llevando a cabo proyecto por proyecto. En algunos casos las empresas logran que en lugar de una rescisión definitiva, se proceda a una reprogramación de la obra (plazos más dilatados para su terminación). No obstante, muchas compañías no están de acuerdo con las compensaciones que ofrece la Administración. En los casos de suspensión definitiva de una obra, fuentes del sector aseguran que Fomento no está aceptando por regla general hacerse cargo de una parte de la inversión en maquinaria que han debido realizar las empresas constructoras, a pesar de incluirse esa indemnización en los pliegos de condiciones.Y en caso de que un proyecto vaya a finalizarse, pero a más largo plazo y ahora deba dejarse parada la obra por un tiempo, las mismas fuentes sostienen que el Ejecutivo también se niega a financiar el coste que requiere preparar una obra que se abandona. "Se están dejando las estructuras sin protección contra el óxido o los firmes sin impermeabilizar. Cuando se retome la obra, habrá que gastar mucho más. El ahorro puede quedarse en casi nada", alegan desde una constructora.