Pedir el libro de reclamaciones, una práctica al alza en sanidad
La mayoría de las negligencias médicas se producen en urgencias, ginecología, traumatología y por tratamientos.
La cultura de la reclamación se ha acomodado definitivamente entre los pacientes españoles. Aunque todavía queda mucho camino por delante hasta alcanzar el volumen de quejas por errores o negligencias médicas que se da en otros países como Estados Unidos, en los últimos diez años, los españoles han pasado de tragarse casi todo lo que les daba la sanidad española a recurrir enseguida a la hoja de reclamaciones, metafóricamente hablando.
Solo en Andalucía, en 2009, se produjeron 669 reclamaciones patrimoniales por vía administrativa y 285 procedimientos judiciales por responsabilidad patrimonial. Aunque de las primeras, en torno al 80% fueron desestimadas, y las que están en vía judicial, muchas son recurridas, el coste económico total de las negligencias para el Servicio Andaluz de Salud fue de 12 millones de euros.
En Madrid, otra de las comunidades españolas donde más demandas se producen, el panorama no es más benévolo. El año pasado, las reclamaciones por vía administrativa ascendieron a 261 y las denuncias por vía judicial alcanzaron las 179. Pero, eso sí, fueron algo inferiores a las de 2009.
Ginecología, urgencias, traumatología, pediatría, medicina estética y los daños producidos por la confusión de tratamientos son las áreas donde las negligencias médicas son más frecuentes en la mayoría de las comunidades autónomas, y lo más desolador de todo es que el riesgo de producirse un mayor número de errores aumenta cuanto más sofisticadas son las técnicas quirúrgicas y tratamientos farmacológicos que ofrecen los centros sanitarios, según apuntan en el Servicio Andaluz de Salud.
María Antonia del Moral, presidenta de la Asociación de Víctimas de Negligencias Sanitarias, que recibe unas 30 llamadas diarias de personas afectadas, explica que internet ha tenido mucho que ver en la nueva forma de concebir los servicios sanitarios por parte de los usuarios españoles: "Internet es un patio de vecinos". Pero aún queda mucho recorrido hasta alcanzar las indemnizaciones millonarias que se producen en otros países, entre ellos Estados Unidos. "La vida en España es más barata", comenta Del Moral; las indemnizaciones más elevadas que se han producido hasta el momento apenas han superado el millón de euros por las secuelas irreversibles producidas a un bebé en un parto y por un tumor cerebral no diagnosticado.
Pero ¿cómo reconocer que uno se encuentra ante un error o negligencia médica? Rafael Martín Bueno, abogado especializado en errores médicos desde hace 15 años, señala que se puede hablar de negligencias cuando no se realiza una buena praxis médica, que normalmente recoge los protocolos o medidas de actuación de los centros. Cuando estas no están recogidas, es un perito (médico) el que determina si se trata o no de una negligencia.
Si bien a priori parece un procedimiento sencillo, puede ser un arma de doble filo, ya que "la medicina no es una ciencia exacta" y en muchas ocasiones la teoría de la pérdida de la oportunidad (contemplada en jurisprudencia) impide que se pueda demostrar, por ejemplo, que un cáncer diagnosticado seis meses antes no hubiera tenido cura, apunta Martín Bueno. Y es que en España son los pacientes los que tienen que demostrar que se ha cometido el error médico, a diferencia de otros países como Estados Unidos, donde el médico es quien debe demostrar que ha obrado correctamente.
Urgencias es uno de los servicios donde más errores se cometen. Peritonitis, daños digestivos y cáncer son las tres patologías más recurrentes.
Por su parte, en el área de ginecología, la mayoría de las negligencias se producen en el seguimiento de los embarazos y en los partos; y en la especialidad de traumatología, los errores sobre todo se dan entre el colectivo de ancianos, asegura Martín Bueno, que ha prestado asistencia legal en bastantes casos de este tipo. Y es que en muchas ocasiones el personal sanitario se fija más en la cadera o el tobillo que en el golpe que se ha dado en la cabeza el anciano.
En cuanto a la confusión de tratamientos, exceptuando el caso de Ryan (el bebé que fue alimentado por vena y murió), predomina la aplicación de tratamientos contraindicados en alérgicos.
La medicina estética es un nido de demandas
Una de las especialidades que más demandas genera cada año es la medicina estética, aunque actualmente han bajado las reclamaciones a causa de la crisis, al haber descendido el número de intervenciones, según puntualiza María Antonia del Moral.Los problemas derivados de las operaciones de las mamas son los más frecuentes, y el grueso de las reclamaciones y demandas se concentra en las prótesis que fallan al ser defectuosas así como en el rechazo de los implantes. Y es que aumentar el pecho unas tallas tiene unos riesgos de los que, a veces, el médico no informa al paciente, señala del Moral.
La cifra
261 reclamaciones por vía administrativa y 179 denuncias se produjeron en Madrid en 2010.12 millones de euros es el importe que destinó en 2009 el Servicio Andaluz de Salud al pago de indemnizaciones.