Los salarios pagan la factura de la crisis
En una crisis de alcance global, lo cierto es que hay componentes de la economía que se han visto más afectados que otros. En España, los trabajadores y sus salarios son los que más han pagado la factura de la crisis.
Profundizando en los datos que recoge la Contabilidad Nacional del INE dada a conocer hoy, el reparto del PIB generado por rentas revela la pérdida de terreno de los salarios debido a la destrucción de empleo y a la práctica congelación nominal de las remuneraciones, en favor sobre todo de la partida de los impuestos y su recaudador, el Gobierno.
Desde 2007 se han quedado en el camino unos dos millones de puestos de trabajo a tiempo completo equivalente, según la metodología utilizada por Estadística. Sólo en 2010, la pérdida de empleos suma 238.000. A esta sangría de empleo hay que sumar los ajustes de sueldos en muchas empresas, lo que ha mermado la capacidad de los salarios hasta el punto de que su peso en la tarta del PIB nacional por rentas ha pasado del 49% en 2009 al 47,89% un año después, con un retroceso de 1,11 puntos en el reparto de la riqueza nacional.
Tal panorama laboral y salarial es desde los comienzos de la crisis el principal talón de Aquiles de la economía española. Ha repercutido en el consumo y la demanda, provocando una espiral de pérdida de ingresos para el Estado que sólo ha sabido subsanar echando mano de un endurecimiento de los tributos: subida del IVA, supresión de deducciones, más impuestos al tabaco... De esa forma, los impuestos netos se han disparado un 20% en el último año, y acaparan el 8,67% de la riqueza nacional cuando hace un año únicamente absorbían el 7,2 de cada cien euros.
Por su parte, los excedentes empresariales prácticamente se han mantenido desde el 43,71% de 2009 al 43,43 de 2010. No obstante, desde el 41,9% de 2007 sí han registrado un ligero recorrido al alza.