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Salgado no se plantea presentar un aspirante español

España quiere un presidente del BCE que continúe la política de Trichet

El Gobierno español se pronunció ayer por primera vez de manera oficial sobre la sucesión de Jean-Claude Trichet y dejó claro que desea un presidente del Banco Central Europeo con un perfil tan pragmático como el del francés. Entre los candidatos mencionados hasta ahora, el italiano Mario Draghi, encajaría en ese perfil.

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE
Jean-Claude Trichet, presidente del BCEReuters

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, reconoció ayer en Bruselas que España no aspira a ocupar la presidencia del BCE, pero describió el perfil de la persona que, a su juicio, debería sustituir a Jean-Claude Trichet el próximo 1 de noviembre. Y ese retrato-robot señala a los candidatos dispuestos a dar continuidad al mandato de un francés que ha preservado el prestigio de la institución al tiempo que transigía con medidas heterodoxas para afrontar la crisis financiera.

"No voy a definir ahora un perfil concreto del futuro presidente, porque eso ya lo haremos en su momento" señaló Salgado al término de una reunión del Ecofin (consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE). "Pero lo diré de manera indirecta", añadió la ministra. "Creo que el señor Trichet está haciendo una gran labor. Le ha tocado un tiempo difícil y está respondiendo muy adecuadamente a las necesidades de la zona euro".

Las palabras de la vicepresidenta parecen encajar, entre otros, con el actual gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi. El italiano goza de tanta reputación internacional como Trichet cuando fue elegido. Y mantiene un equilibrio similar al del francés entre la lucha contra la inflación y el intervencionismo del BCE en los mercados.

"Trichet está haciendo una gran labor", valoró ayer Salgado

Draghi también garantizaría la continuidad de un elevado perfil al frente del BCE, lo que curiosamente puede jugar en su contra si los líderes europeos se decantan por un tecnócrata como el alemán Klaus Regling, presidente del fondo de rescate de la zona euro. Al italiano tampoco le ayuda la escasa influencia del actual Gobierno de su país.

Los elogios de Salgado, en todo caso, indican su rechazo el nombramiento de algún halcón similar a Axel Weber, el presidente del Bundesbank alemán defenestrado esta semana por su propio Gobierno. Weber, máximo aspirante al puesto de Trichet, se ganó el año pasado la enemistad de varias capitales con su objeción a la compra de deuda pública de países de la zona euro por parte del BCE.

La caída de Weber ha abierto el abanico de candidaturas, aunque España, con una delicada situación económica, no parece interesada en competir por el puesto. "Nosotros ya tenemos una persona en el comité ejecutivo del BCE", señaló Salgado en referencia a José Manuel González Páramo, cuyo mandato expira el próximo año.

Esa circunstancia no ha impedido a Berlín, Roma o de PagosParís apoyar sus candidatos, a sabiendas de que la presidencia del emisor compensaría la salida adelantada de un miembro del comité. Pero Madrid se conforma con que otro Trichet ocupe el puesto.

El francés ha conjugado durante sus ocho años de mandato un discurso de dureza monetaria con un pragmatismo basado en su excelente olfato político. Tras asumir el puesto a finales de 2003 con los tipos de interés en el 2%, tardó más de dos años en anunciar la primera subida del 0,25%. También se le asocia con la tolerancia con tasas de inflación por encima del objetivo del 2% (llegó a superar el 4% en 2008); la admisión como colateral de títulos de deuda pública griega a pesar de su calificación como bonos basura; y la transigencia con la intervención del BCE en los mercados de deuda

El principal error durante el mandato del francés, según la mayoría de los analistas, fue la subida de tipos del 4% al 4,25% en julio de 2008 en plena debacle de los mercados financieros mundiales. Pero aunque Trichet nunca se ha desmarcado de esa decisión colegiada, el origen del disparate se ha atribuido desde entonces a Weber y a su compatriota y economista jefe del BCE, Jürgen Stark.

Los tres principales candidatos a la sucesión

Mario Draghi: actual presidente del Banco de Italia. Es el que tiene una mayor perfil político, en gran medida por su trabajo al frente de la Junta de Estabilidad Financiera. Es el más cercano al pragmatismo desarrollado por Trichet durante la crisis, al manifestarse a favor de la compra pública de deuda pública, aunque siempre con prudencia.Erkki Liikanen: atesora una experiencia de 14 años en la Comisión Europea en Bruselas. Actual gobernador del Banco de Finlandia, en su contra juega el hecho de que ya haya un finlandés (Olli Rehn) al frente de la Comisaría de Asuntos Económicos y Monetarios.Yves Mersch: gobernador del Banco Central de Luxemburgo desde 1998, cuenta con el apoyo de Francia y Alemania, aunque en su contra juega el hecho de no ser experto en política monetaria.

Jaime Caruana

El español Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España y actual director general del Banco de Pagos Internacionales, el llamado banco central de los bancos centrales, es una de las personas citadas por la prensa internacional como idónea para la presidencia del BCE.

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