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Nave de abastecimiento

La electrónica española se adentra en el espacio

Crisa diseña el acoplamiento para un 'tráiler' espacial.

Cuando el próximo martes, a las 23.08 horas, se realice la cuenta atrás para el lanzador europeo Ariane 5 en la Guayana francesa, habrá un componente español básico para el éxito de la misión. La madrileña Crisa, filial de EADS-Astrium, ha diseñado los equipos electrónicos que guiarán a la segunda nave de abastecimiento en el acoplamiento con la Estación Espacial Internacional (EEI).

Al nuevo tráiler espacial de mercancías se le ha bautizado como Johannes Kepler, en honor al astrónomo alemán. Es el segundo vehículo que la Agencia Espacial Europea (ESA, en sus siglas en inglés) manda a la estación permanente -la nave Jules Verne se envió en 2008- y supondrá, además, la carga más pesada que jamás haya puesto en órbita Europa (20,7 toneladas).

La Johannes Kepler, que tardará ocho días en llegar a su destino, tiene un tamaño similar al de un autobús de dos pisos y lleva a la tripulación de la EEI cinco toneladas de combustible, dos toneladas y media de alimentos y de instrumental científico y gases para renovar la atmósfera de la estación.

La agencia europea ha destinado una inversión de 1.000 millones para la construcción de cinco naves de mercancías desde 1999 a 2015. España participa, a través del Ministerio de Industria, con solo un 5% del coste, pero sirve para que empresas como Crisa se adentren en el diseño y fabricación de componentes.

"Hacemos electrónica para el espacio", explicaba el viernes Fernando del Rey, director general de la empresa, en la presentación de los equipos tecnológicos diseñados en Madrid. Crisa va a participar en el envío de las cinco naves hasta 2015, lo que reportará contratos con valor "entre ocho y diez millones de euros" en total, señala Del Rey.

Este directivo describe la tecnología española como "los ojos y la boca de la nave, la que permitirá escuchar y ver todo lo que sucede durante el acoplamiento". Esta fase es completamente automática. Se realiza en los últimos 20 kilómetros a una velocidad en órbita de 28.000 kilómetros por hora. Los últimos 250 metros se guían a través de un láser de alta precisión. Pero si algo no va bien, los astronautas tienen la posibilidad de pulsar un botón que aborte la operación. Si todo resulta satisfactorio, podrán inmediatamente acceder al nuevo módulo.

En la Kepler irán dos equipos realizados por Crisa -uno de ellos de repuesto- y en la estación se encuentran otros dos, que permiten la comunicación encriptada entre la Tierra, la nave y la EEI.

El equipo fabricado en la planta de Tres Cantos es una caja de color negro, de tamaño algo mayor que el de una batería de automóvil. Actualmente se están terminando los que irán en la cuarta y quinta nave, ya que al ser una parte del corazón del vehículo espacial debe instalarse al comienzo del montaje. "Es muy importante que la ingeniería española haya demostrado que es capaz de realizar tecnología a este nivel", señalan los responsables del proyecto.

Presente en los viajes a Marte y a Mercurio

El crecimiento de facturación en 2010 ha sido de un 23%, según la firma, hasta llegar a los 46 millones. Además de la tecnología para las naves de mercancías y para los lanzadores Ariane 5, la filial española del negocio espacial de EADS participa en otros proyectos emblemáticos. Colabora en la futura misión BepiColombo, la primera europea que llegará a Mercurio en 2020. También desarrolla la estación meteorológica para medir el clima en Marte que se lanzará en el Rover MSL en 2011. Estos logros han permitido a Crisa doblar hasta 3.000 metros cuadrados las salas limpias para líneas de montaje, fabricar 700 equipos y contar con un plantilla de 400 personas, más del 50% son ingenieros.

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