Egipto se prepara para el "Día de la salida" de Mubarak
Egipto se prepara hoy para nuevas protestas en el llamado "día de la salida", que se presenta como un ultimatum al presidente Hosni Mubarak para que deje el poder.
Al igual que el pasado viernes, los egipcios están convocados en la plaza Tahrir, en el centro de la capital, y en otros puntos de la ciudad, al final de las oraciones del mediodía, con el fin de sumarse a las protestas contra el régimen. El término de los rezos varia según las mezquitas pero suele ser hacia las 13.00 hora local (11.00 GMT).
La situación en El Cairo, especialmente en el centro urbano, aparece en calma, y no se tienen noticias de que se hayan vuelto a repetir los tiroteos que en la madrugada de ayer causaron cinco muertos y una docena de heridos.
Al margen de ese tiroteo, durante la jornada del jueves se produjeron numerosos choques entre partidarios y contrarios al régimen, especialmente en los alrededores de la plaza Tahrir, que causaron tres muertos más, según fuentes oficiales.
Estos actos de violencia se producen mientras parecen haberse agotado las vías políticas, ya que la oposición se niega a conversar con el régimen mientras Mubarak sigue en el poder, a pesar de la oferta del Gobierno de iniciar un diálogo para superar la crisis.
"No encontramos ninguna utilidad a un diálogo con un régimen ilegítimo, infractor de la Constitución", señaló anoche Mohamed Mursi, portavoz de los Hermanos Musulmanes, el grupo más importante de la oposición egipcia.
Diálogo
El vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, aseguró anoche que el régimen de Mubarak ha comenzado un diálogo con fuerzas políticas que no identificó, pero reconoció que grupos de la oposición están ausentes, aunque espera que se unan más adelante.
Ese diálogo, añadió Suleimán, busca definir las reformas que son necesarias con vistas a las elecciones presidenciales de septiembre, a las que, según dijo el vicepresidente, no se presentará Mubarak ni su hijo menor, Gamal, favorito para sucederle.
Durante todo el día de ayer, partidarios del régimen atacaron a numerosos periodistas y muchos de ellos fueron detenidos por las fuerzas militares, en una represión sin precedentes desde que comenzaron las protestas contra Mubarak.