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Barcelona World Race

La reforma como alternativa a la construcción de nuevos barcos

El denominado refit, la reforma de un barco para hacerlo más competitivo, ha ganado valor con el nuevo reglamento de la clase Imoca. Los casos del Hugo Boss y del Mirabaud muestran dos opciones frente a los barcos de nueva generación: adquirir una embarcación para reformarla o mejorar la propia.

Las últimas modificaciones del reglamento de la Imoca limitan la potencia de los nuevos barcos: la altura del palo no puede sobrepasar los 29 metros y el par de adrizamiento (la fuerza que se opone a que el barco se incline lateralmente) no debe ser superior a las 32 toneladas por metro.

Alex Thomson siempre ha creído en la potencia: un buen ejemplo de ello es que en la anterior edición de la Barcelona World Race batió el récord de distancia en 24 horas en monocascos de hasta 60 pies. Cuando se planteó un nuevo barco, Alex consideró la opción de reformar el Bahrain Team Pindar, diseñado por Juan Kouyoumdjian y con el que su compatriota Brian Thompson disputó la pasada Vendée Globe. Este barco resaltó por su gran manga (6.40 m) y su pesado desplazamiento (10.500 kg), que le hacían ostentar un par de adrizamiento de 44 toneladas por metro que le permitían aguantar la potencia de un palo de 31,65 metros. El presupuesto del refit acabó por decantar a Alex por esta posibilidad en lugar de la construcción.

La opción de reformas que emprendieron Dominique Wavre y Michèle Paret en el Mirabaud representa la vía que siguen muchos regatistas, que se decantan por mejorar su barco. Esta alternativa se beneficia de poder mantener las prestaciones "antiguas", lo que le proporciona más armas frente a los superligeros nuevos modelos.

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