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Beneficios fiscales

El fundador de Ikea controla el grupo desde una fundación en Liechtenstein

Una investigación periodística ha obligado al fundador de Ikea a asumir que controla el grupo a través de una fundación en Liechtenstein, con la que ha logrado un ahorro fiscal de hasta 2.200 millones.

Ikea, o al menos su estructura empresarial, no es tan transparente como hasta ahora había hecho gala. El fundador de la empresa de muebles y decoración, Ingvar Kamprad, ha reconocido que su familia controla una fundación que, bajo el nombre de Interogo, tiene su sede en uno de los principales paraísos fiscales del mundo: Liechtenstein.

Kamprad, de 84 años de edad, no ha admitido voluntariamente la existencia de esta fundación, sino que ha tenido que reaccionar con un comunicado a la inminente emisión en el canal de televisión sueco SVT de un documental que iba a poner al descubierto la trama empresarial de los propietarios del gigante sueco.

De hecho, la fundación Interogo no es la dueña de la red de establecimientos, sino de los derechos de cada producto que vende la multinacional, a través de una subsidiaria Inter Ikea Systems, cuya sede está en Luxemburgo.

En cuanto a las 280 tiendas que Ikea gestiona en 26 países -11 de ellas en España- están en manos de Ingka Holding que, a su vez, es una filial de Stichting Ingka Foundation, domiciliada en los Países Bajos.

El fundador de Ikea ha tratado de quitar peso a este entramado empresarial. Según Financial Times, asegura que la elección de Liechtenstein como sede social es parte de la estrategia de "eficiencia fiscal" de Ikea y que, en parte, ha permitido a la compañía mantener la política comercial de precios bajos con la que Ikea se ha convertido en el líder europeo de su sector.

Según la investigación del canal de televisión sueco, alrededor del 3% de los ingresos de cada tienda han ido a parar a la fundación Interogo. De ser así, en los últimos 20 años, los fundadores de Ikea habrían logrado un ahorro fiscal de entre 1.700 y 2.200 millones de euros. Mientras, los cálculos de la investigación periodística apuntan que la fundación podría contar con unos fondos de 100.000 millones de coronas suecas (unos 11.324 millones de euros).

Kamprad reside en Suiza desde 1976. De hecho, ha reconocido que se mudó al país alpino para evitar la elevada fiscalidad de su país de origen. En cuanto a la compleja estructura empresarial del grupo, asegura a través de un comunicado que siempre ha evitado colocar en Bolsa la multinacional "y de ese modo perder el control". "Mi solución fue establecer una estructura con dos compañías independientes, Inter Ikea para los derechos de los productos e Ikea para las tiendas controladas por dos fundaciones diferentes", explica.

Además, justifica que la fundación Interogo tenía como misión "invertir en la expansión y asegurar la supervivencia del grupo a largo plazo".

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