El 787 y el área de defensa lastran las previsiones de Boeing en 2011
El último calendario de entregas del nuevo avión 787, los ajustes en los presupuestos de defensa de los Gobiernos (en especial, el de EE UU ) y una mayor contribución al plan de pensiones de sus empleados lastran las perspectivas de Boeing para este año.
El fabricante aeronáutico presentó ayer los resultados de 2010, ejercicio que cerró con una mejora del beneficio del 152%, hasta los 3.307 millones de dólares (2.415 millones de euros), pero con un recorte en la facturación del 6%, hasta los 68.281 millones de dólares (49.890 millones de euros).
Este año el grupo espera situar las ventas entre los 68.000 y los 71.000 millones de dólares, con una cifra de nuevos pedidos similar a la de 2010. El beneficio por acción rondará los 3,804 dólares, frente a los 1,56 dólares del pasado ejercicio. Unas cifras peores que las que esperaban los analistas, que apostaban por un beneficio de 4,55 dólares por acción para este año.
En rueda de prensa telefónica, los responsables de Boeing, Jim McNerney y James Bell, avanzaron que para este año prevén las primeras entregas del 787 y del 747-8, a razón de "entre 25 y 40 unidades" repartidas al 50% entre los dos modelos. Los directivos también desvelaron que Boeing apostará por un nuevo avión de pasillo único para 2019-2020, sin remotorizar el actual 737.