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Quiere retener el empleo tras el cierre de la fábrica

La Generalitat ofrece la planta de Yamaha a otras compañías

La Generalitat catalana prevé atraer empresas para que se instalen en la planta de motocicletas de Yamaha y mantengan el máximo nivel de empleo. El consejero de Empresa, Francesc Xavier Mena, ha pactado la recolocación de 100 trabajadores en la planta del grupo japonés en Francia, que asumirá la producción. La multinacional ha optado por cerrar la factoría española, que produce al 25% de su capacidad.

El consejero del departamento de Empresa y Ocupación de la Generalitat catalana, Francesc Xavier Mena, reaccionó ayer a la decisión de cierre de Yamaha y ofreció las instalaciones fabriles de Palau Solitá i Plegamans (Barcelona) a empresas cercanas de la misma zona, en una operación similar a la protagonizada en 2004 con el desmantelamiento de la factoría de Samsung. Otra vez, Mena puso los mismos ejemplos de entonces: Estampaciones Sabadell y Mango. Esta última se quedó finalmente con parte del centro del grupo coreano.

En este caso, Yamaha cuenta con una plantilla de 430 personas en su única factoría española. El responsable de la política industrial de la Generalitat indicó que además de intentar retener el mayor número posible de trabajadores en la factoría con la instalación de otras empresas, ya ha pactado con el grupo nipón la recolocación de un centenar de personas en la factoría francesa, donde se trasladará la producción.

Francesc Xavier Mena sostuvo que la decisión de Yamaha es definitiva, "totalmente corporativista y no tiene nada que ver con la competitividad de la planta". En cualquier caso, el centro español fabrica 30.000 motocicletas anuales, justo el 25% de la capacidad instalada de la planta, según afirmaron fuentes de UGT. Yamaha produjo alrededor de 96.000 unidades en 2010 sobre un total de seis modelos diferentes de diversos cubicajes, de entre 50 centímetros cúbicos (cc) a 600 cc. La filial española ha seguido en los últimos años una estrategia de diversificación de la gama de motocicletas con la voluntad de aumentar en potencia, lo que supone un incremento del valor añadido. El cierre de la factoría catalana será progresiva durante este año, "para facilitar el traslado del personal a la factoría de Francia", añadió Mena. Asimismo, el consejero de Empresa indicó que buscará garantías para que los proveedores españoles de la fábrica de Palau Solitá i Plegamans puedan seguir abasteciendo al centro francés que asumirá la producción.

El final del liderazgo de Lasheras

El anuncio de la corporación japonesa está íntimamente ligado a la larga trayectoria del hasta hace poco presidente de la subsidiaria española, Jorge Lasheras. Tras 35 años al frente de la empresa, Lasheras abandonó Yamaha en diciembre pasado. El dato definitivo fue el nombramiento del presidente de la multinacional en Europa, Hajime Yamaji, como nuevo responsable de la factoría de Palau Solitá. Hajime compagina los dos cargos, reduciendo la representatividad de la filial española en la organización. El cierre de Yamaha es el penúltimo aviso de un sector en franca retirada. Honda optó el año pasado por desmantelar prácticamente su fábrica cercana a la de Yamaha, manteniendo únicamente la fabricación de la marca de trial Montesa. Por otra parte, la factoría barcelonesa de Yamaha ha registrado un notable descenso de ventas desde 2007, cuando obtuvo 500 millones de euros, frente a los 199 millones de 2009, según informa Europa Press.

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