Sarkozy propone abrir el sistema monetario internacional a otras divisas
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, mostró ayer su intención de aprovechar la presidencia gala del G-20 para impulsar una reforma del sistema monetario internacional, con el fin de que el dólar no sea la única moneda de referencia.
Sarkozy presentó ayer en París las prioridades francesas al frente del G-20 y el G-8 durante este año e insistió que la reforma que tiene en mente no supone atacar al dólar, la divisa mayoritaria en los intercambios internacionales, sino una apertura a otras monedas. Para el presidente francés, el actual sistema monetario internacional (SMI) es inexistente, se basa en la desregulación y genera desequilibrios y peligros que han quedado de manifiesto en la reciente crisis económica.
Por eso hacen falta, dijo, nuevas reglas que deberán ser establecidas por el G-20 y, en su opinión, gestionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), una institución que Sarkozy prefiere ver pilotando la economía mundial "que diciendo a tal o cual país que tiene demasiados funcionarios".
Control a los intercambios
Sarkozy reclamó más control sobre los intercambios internacionales para evitar que se acrecienten los desequilibrios entre países y aseguró que propondrá la creación de un "código de conducta en materia de gestión de flujos de capitales". Pero el presidente francés reconoció que hará falta encontrar nuevos recursos para mantener la ayuda que los países ricos han prometido a los pobres, un dinero difícil de obtener en un momento en el que la mayor parte de las naciones se aprieta el cinturón para afrontar la crisis.
Por eso, pretende que durante las reuniones de trabajo de este año, el G-20 encuentre mecanismos "innovadores" para recaudar esos capitales y, entre ellos, Sarkozy insistió en su idea de tasar los intercambios financieros, un proyecto que el presidente galo sabe que no cuenta con el respaldo de todos los Estados, pero que espera sacar adelante. "Es una tasa moral, útil y eficaz para encontrar nuevos recursos para el desarrollo", afirmó Sarkozy, quien reconoció que esta iniciativa tiene "grandes adversarios".
Por otra parte, el presidente francés insistió en los problemas de hambruna generados por la especulación que rodea a los mercados de las materias primas, en los que también preconizó una regulación.
En cuanto a los productos agrícolas, señaló que es necesario aumentar la producción, por lo que defendió la Política Agrícola Común (PAC) puesta en marcha en Europa, una agricultura subvencionada por la que apostó de nuevo. Francia no quiere que el G-20 se limite a estos asuntos, por lo que planteará abordar también la regulación de internet o fijar unos mínimos de "protección social universal", tema que prevé abordar con sindicatos y patronales de todo el mundo.