La UE sopesa un plan de recompra de bonos para ayudar a los países periféricos
Los líderes europeos sopesan un plan de recompra de bonos para ayudar a los países periféricos a reducir su carga de deuda y poner fin así a la crisis de confianza que afecta a la eurozona.
De acuerdo con esta iniciativa, el fondo de rescate de 750.000 millones de euros creado en mayo prestaría dinero a Grecia, Irlanda u otros Estados miembros sometidos a la presión de los mercados para que puedan comprar sus propios bonos a inversores o al Banco Central Europeo (BCE), según publican hoy varios periódicos económicos comunitarios citando fuentes alemanas.
Con estas recompras, los Estados miembros adquirirían sus bonos a un precio inferior a su valor nominal, aplicando de hecho una quita a su deuda. Pero al tratarse de una operación voluntaria, los líderes europeos esperan no inquietar a los inversores, que temen medidas más drásticas como reestructuraciones forzadas o quiebras controladas.
De hecho, tanto Berlín como la Comisión Europea aseguraron este jueves que no están preparando la reestructuración de la deuda de Grecia.
No obstante, Alemania sigue reclamando contrapartidas de los países periféricos para dar su visto bueno a esta idea y a otras medidas para flexibilizar el fondo de rescate.
De acuerdo con las informaciones publicadas, las autoridades alemanas exigen que estos países adopten un plan para mejorar su competitividad que incluya, entre otras medidas, el aumento de la edad de jubilación, la supresión de las cláusulas de revisión salarial y de las pensiones ligadas a la inflación, y la armonización de determinados aspectos de sus sistemas fiscales.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, aseguró el pasado martes que Alemania no ha pedido nuevos ajustes a España a cambio de ampliar el fondo de rescate.
La idea que parece abrirse paso es la de aumentar la capacidad de financiación del fondo de rescate pero sin incrementar su dotación de 750.000 millones de euros.
En estos momentos, la capacidad real de financiación del tramo intergubernamental del fondo (440.000 millones de euros) es de sólo 250.000 millones, según los cálculos del propio fondo, ya que necesita mantener reservas de capital para no perder su máxima nota crediticia. La solución consistiría en reforzar los avales de los Estados miembros para llegar efectivamente a 750.000 millones, pero sin modificar la cifra.
En todo caso, tanto Alemania como Francia rechazan acelerar el proceso y llegar a un acuerdo final en la cumbre de líderes europeos del 4 de febrero, tal y como ha pedido el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y como le gustaría a España, y prefieren esperar hasta finales de marzo para tener en marcha el plan completo.