La liquidez y China, aliados del Tesoro
La competencia entre los diversos países europeos por captar recursos en el mercado este año ya ha empezado. Portugal dio el pistoletazo de salida el martes con una emisión de letras a seis meses y la semana que viene el Tesoro español afrontará el primer examen con una subasta de bonos a cinco años. Los expertos confían plenamente en la capacidad del Estado para lograr los recursos necesarios este año. La visita a España del viceprimer ministro chino, Li Keqiang, y el apoyo mostrado por el gigante asiático, país con un gran músculo financiero, se interpretan con gran optimismo. Las enormes bolsas de liquidez que supondrán los pagos de cupones o vencimientos de deuda en manos de los tenedores actuales también se ven como otro factor muy favorable. Eso sí, las amenazas no faltan y los entendidos aseguran que los sobresaltos no faltarán los próximos meses, especialmente si aumenta el riesgo de recaída económica o inflación.
El año, al menos, ha arrancado de forma positiva. La visita del viceprimer ministro chino ha ayudado a aumentar la confianza en el país. La prima de riesgo de España llegó a caer a 237 puntos básicos esta semana y aunque ayer volvió a repuntar a 254 aún está lejos de los casi 300 que rozó el pasado noviembre.
"China es un inversor de largo plazo y responsable en el mercado de deuda español. China no ha reducido sino incrementado sus inversiones en bonos españoles y China seguirá atento y seguirá comprando", repitió el miércoles Li Keqiang a la ministra de Economía, Elena Salgado.
La amenaza de inflación se perfila como uno de los peligros para la inversión en deuda pública
Lo cierto es que los inversores asiáticos han aumentado con fuerza su exposición a la deuda pública española en los últimos años. Este grupo ha pasado de tener 15.000 millones de euros a finales de 2008 a amasar unos 48.095,7 millones de euros en letras y bonos, el 9,5% del total de la deuda del Estado, según datos del Tesoro a noviembre del pasado ejercicio.
El respaldo de China, por tanto, se perfila clave este ejercicio y explica la mayor tranquilidad que se respira en el mercado. Al tratarse, además, de un inversor con mucho músculo financiero China se presenta también como el candidato idóneo a la hora de aguantar la previsible volatilidad que marcará el ejercicio. Un apoyo que ayudará también a poner un suelo a la caída de precios de la deuda española si se desatan nuevos episodios de tensión.
En cualquier caso, China no será el único financiador del Tesoro español. El Estado cuenta con una base de inversores diversificada y estable. Por ello, los expertos no descartan que otros tenedores de deuda también jueguen un papel importante. Muchos recibirán dinero en concepto de pago de cupones o vencimientos que deberán destinar a algún tipo de inversión. "Podemos ver aumentos de liquidez del 25% por los pagos de cupones y vencimientos", explicaba hace unas semanas Demetrio Salorio, responsable global de mercado de capitales de SG CIB. Está por ver, por tanto, si esos incrementos de dinero disponible se reinvierten o no en deuda pública, algo a lo que la regulación bancaria puede contribuir al fomentar las tenencias de deuda considerada más líquida.
La capacidad del Estado a la hora de continuar reconduciendo las cuentas públicas y el ritmo de recuperación económica serán otros factores que ayudarán a aumentar o disminuir la confianza de los inversores en España.
El problema es que existen otros factores de riesgo que pueden provocar que los inversores miren a la deuda pública con recelo. Y precisamente el miedo a repuntes inflacionistas es uno de estos temores.
"Si la inflación empieza a ser un problema en China esa prima de riesgo se va a trasladar a todos los activos. Y el miedo a subidas de tipos puede alejar a los inversores de la deuda pública. Si esto no ocurre es cierto que se puede dar el fenómeno de que los inversores reinviertan en deuda pública, especialmente por el respaldo de China", explica Juan Ramón Caridad, director general de Global & Swiss Iberia.
A pesar de que las subidas de tipos oficiales no se contemplan aún para este ejercicio en los países desarrollados, el miedo a la inflación empieza a preocupar a algunos inversores de renombre. Por ejemplo, Warren Buffett, el llamado oráculo de Omaha, anunció a principios de semana que su empresa Berkshire Hathaway ya se ha empezado a cubrir de próximas subidas de tipos de interés.
Muchos inversores, por tanto, pueden mostrarse más reacios a invertir en deuda pública a largo plazo. "Es muy posible que prefieran depósitos o deuda corporativa antes que deuda a largo plazo. Es previsible que se reinvierta más en deuda pública a corto plazo pues se minimiza el riesgo de duración. Aunque los tipos se mantengan la curva tiene tres plazos. Entre cero y dos años refleja las apuestas sobre lo que harán los bancos centrales, entre tres y nueve las expectativas de crecimiento y a partir de 10 las de inflación", añade Caridad, experto que ve también en los problemas de endeudamiento de los diferentes ayuntamientos, municipios y estados de EE UU otro peligro potencial a tener en cuenta si desata el miedo a riesgo sistémico.