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Máximos históricos

Más presión para el IPC con el alza de alimentos

Los precios regresan a los máximos registrados en 2008.

El precio de las materias primas alimentarias ha vuelto a los máximos históricos registrados a mediados de 2008. En esas fechas confluyeron las malas cosechas, la fuerte demanda de materias para abastecer la pujante industria de biocombustibles y la necesidad de dos países emergentes como India y China, que aglutinan a más de 2.000 millones de personas.

Dos años y medio después, el precio de los alimentos está en el mismo nivel, según la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO), aunque no se dan ninguna de esas circunstancias (la producción, la demanda y los stocks se han mantenido estables en el último año) por lo que los expertos apuntan a la especulación como el principal factor que ha disparado el precio de los alimentos.

Un repunte que ha hecho despertar los fantasmas de aquella época: menos alimentos y menos exportaciones para los países en desarrollo, precios más elevados en los desarrollados y la tentación del proteccionismo para garantizar el abastecimiento.

En este escenario, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, reclamó ayer medidas para asegurar el suministro de alimentos a los países más pobres. "La respuesta a la volatilidad de los precios no es bloquear los mercados, sino utilizarlos mejor", aseguró en un artículo en el Financial Times, en el que exigía un código de conducta para evitar la imposición de aranceles. "El establecimiento de restricciones hará a los precios aún más volátiles. Tenemos que conseguir que este año al menos los alimentos para ayuda humanitaria se muevan libremente sin restricciones", aseguró.

Y ese incremento de las materias primas puede tener un impacto directo en el poder adquisitivo de los ciudadanos y en el margen de las empresas en España en un momento en el que todavía no hay una certeza clara de que la recuperación económica esté en marcha.

En el primer caso, la subida de alimentos como la carne, la leche, el azúcar o los cereales puede tener un efecto directo en los precios a través de un repunte de la inflación (el dato adelantado para diciembre asegura que los precios subieron un 2,9%, el nivel más alto en año y medio), ya que los alimentos tienen un peso del 17,2% en las ponderaciones del IPC.

Impuestos y tarifas

Tras encadenar quince meses consecutivos, el precio de los alimentos ha repuntado con fuerza y ha experimentado cinco meses de subidas, reflejando ya el incremento del precio de las materias primas.

Un aumento que se une a la subida del IVA aprobada en julio, el alza del tabaco en diciembre y la subida generalizada de tarifas para este año, entre las que destaca sobremanera el incremento de la tarifa eléctrica, con un avance del 9,8%, el mayor en 24 años.

Aún más complejo se presenta el panorama para las empresas de alimentación y las distribuidoras, que en su gran mayoría tuvieron que asumir la subida del IVA y no transmitirla a los precios para no perder cuota de mercado ante el desplome del consumo. Los últimos datos del Ministerio de Medio Rural, Medio Marino y Medio Ambiente así lo avalan: el gasto medio per cápita en alimentación ha caído un 3,2% desde noviembre de 2009 a octubre de 2010. Entre los productos que se han comprado menos destaca la carne de vaca y oveja, dos de los que más se han encarecido. Sin embargo, ninguna compañía se muestra dispuesta a pronunciarse sobre la futura evolución de los precios con el fin de evitar una sanción de la Comisión Nacional de Competencia, que en la anterior crisis impuso multas por pactar precios.

Un panorama incierto para los agricultores

Dos colectivos que se van a ver afectados por el incremento del coste de los alimentos van a ser los agricultores y los ganaderos, muy castigados ya por la diferencia entre los precios que cobran en origen y los que paga el consumidor.El índice que elaboran mensualmente la organización agraria COAG y las organizaciones de consumidores Ceaccu y UCE así lo refleja: entre ambos precios había una diferencia del 500% en noviembre. Especialmente llamativo es la brecha en el precio de aceitunas, naranjas o limones, en donde rozaba el 800%.En ese escenario, la subida de los costes de producción puede dar la puntilla a un sector como el agrícola que da empleo a cerca de un millón de trabajadores y cuya producción se eleva a 40.000 millones de euros.Y el que mayor impacto negativo puede tener es el petróleo, que ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos meses, alentado por el abaratamiento del dólar y la especulación. El barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba ayer a 95 dólares por barril, el nivel más alto en dos años.El precio del crudo tiene una incidencia directa sobre los costes que tienen que asumir los agricultores y ganaderos, puesto que el gasóleo representa un 10% del total de sus gastos. Pero, por encima del combustible, el mayor gasto que tienen que asumir son los piensos, cuyo precio está ligado a los cereales y a la carne, de la que se alimentan los animales.El precio de los cereales subió un 40% en 2010, según los últimos datos de la FAO, situándose muy cerca de los niveles alcanzados en la anterior crisis alimentaria. En el caso de la carne, el precio en origen aumentó un 16% durante el pasado ejercicio, algo que ya se ha empezado a transmitir en el precio final en el caso de España.

La cifra

17,2% es la ponderación que tienen los alimentos dentro de la cesta de la compra. En la anterior crisis alimentaria de 2008, el peso era del 19,1%.

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