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Se prohíbe fumar en todos los espacios públicos cerrados

La hostelería asume sin humos la nueva ley del tabaco

La prohibición de fumar en lugares públicos cerrados entra en vigor con normalidad y escasas denuncias.

La hostelería asume sin humos la nueva ley del tabaco
La hostelería asume sin humos la nueva ley del tabaco

No hubo sorpresas, ni grandes protestas, ni un aluvión de denuncias a las fuerzas de seguridad. La ley del tabaco, que prohíbe fumar en todos los espacios públicos cerrados, entró en vigor el pasado 2 de enero y sus primeras 48 horas de vida han transcurrido con la normalidad como tónica generalizada. De hecho, la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, se ha mostrado más que satisfecha y confía en que "siga siendo así".

Pajín reconoce que los cambios de hábitos no se producen de la noche a la mañana, pero cree que la entrada en vigor de la ley se anunció con tiempo, lo que ha permitido a los fumadores hacerse a la idea. En declaraciones a la Cadena Ser, la ministra de Sanidad recordó que cualquier ciudadano tiene la posibilidad de denunciar el incumplimiento de la ley como ocurre con cualquier otra norma legal.

Respecto a la posibilidad de que algunas comunidades puedan ser reticentes a la hora de aplicarla, como ocurrió en la Comunidad de Madrid con la anterior ley, Pajín se ha remitido a unas recientes declaraciones de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, en las que aseguraba "de una forma clara y rotunda" que "la iba a acatar tal cual era". "No caben interpretaciones, es una ley absolutamente clara, que deja perfectamente regulado dónde se puede y no fumar, lo que hace también más fácil su cumplimiento".

Aunque Pajín se muestre optimista sobre el acatamiento a la ley, los hosteleros dan señales de cautela. El presidente de la Federación Española de Hostelería (FEHR), José María Rubio, prevé que el impacto de la nueva legislación se apreciará en poco más de un mes. Rubio considera que aún "es pronto" para ver las posibles consecuencias que su aplicación pueda tener para clientes y empresarios, aunque asegura que las tendrá "en poco tiempo". "Dentro de 5 ó 6 semanas comenzaremos a detectar los primeros efectos", augura, aunque reconoce que los empresarios ya han acatado la ley "con resignación".

Según su percepción, el sector perderá "más ventas que clientes" porque, al entrar y salir de los locales para fumar, "consumirán mucho menos". Rubio asegura que hasta ahora solo se han dado ciertos incidentes aislados como denuncias anónimas o incluso bares donde se ha tenido que personar la Policía "porque algún cliente se negaba a apagar el cigarrillo". "Aunque ya estamos mentalizados, al final la legislación afectará a todos, fumadores y no fumadores, que serán testigos de sus efectos", ha augurado.

"Los más afectados serán los locales más pequeños con una clientela fija y reducida de la que dependen", explica. Según Rubio, la nueva ley es "hipócrita" porque en realidad no persigue reducir el número de fumadores. "Si ese fuera el principal objetivo, se idearían planes educativos que concienciasen de los perjuicios del tabaco y no se seguiría ampliando el número de máquinas que se conceden a los bares", concluye. Las estimaciones de la patronal de la hostelería apuntan una caída de ingresos de alrededor del 10%, que implicará un recorte similar en el número de trabajadores del sector.

Denuncias de los no fumadores

Una de las vías para denunciar el incumplimiento de la ley es acudir, de forma anónima, a las asociaciones de consumidores. Ayer, Facua-Consumidores en Acción, recibió 311 quejas. Esta organización es la única que ha presentado una denuncia contra un bar de Sevilla que no ha puesto carteles con la prohibición. Mientras, la Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU) asume haber recibido quejas de ciudadanos, aunque en ningún caso se ha tratado de denuncias. Otras asociaciones de usuarios como la UCE no han recibido hasta el momento ninguna protesta.

Mientras la hostelería cumple la ley sin excesivos incidentes, en las zonas próximas a los recintos sanitarios se cumple de forma mucho más laxa. Desde el 2 de enero, no se puede fumar en los accesos a los recintos hospitalarios y, a día de hoy, algunos fumadores se resisten apagar los cigarrillos, ante la ausencia de policías que impidan su consumo.

Del 'guardacopas' a las mantas en las terrazas

Los bares de copas se consideran uno de los sectores más perjudicados por la entrada en vigor de la nueva ley del tabaco. Por un lado, auguran una caída de sus ingresos y, por otro, asumen que van a tener que cambiar el modus operandi de sus negocios. Por ejemplo, creen que deberán crear un "sistema de guardacopas" para los clientes que decidan salir a fumar, ya que no podrán consumir alcohol en la vía pública.Para guiar a los hosteleros, la Asociación Nacional de Locales de Ocio ha publicado una guía de consejos para cumplir la ley y evitar problemas con los clientes -fumadores- más perezosos. Entre ellos, la obligatoriedad de señalizar la prohibición con el lema: "Respeta la prohibición de fumar. Ayúdanos a cumplir la ley del tabaco". También aconsejan contar con un protocolo para que su personal haga cumplir la ley, ante la imposibilidad de coaccionar a los clientes, ya que, aseguran, solo la policía puede obligar a un fumador a abandonar un establecimiento.Ante esta situación, las terrazas se convierten en la gran alternativa para evitar la prohibición y algunos bares y restaurantes tiran de ingenio. Por ejemplo, ofrecer a los clientes que opten por la terraza en plena época invernal unas socorridas mantas con las que resguardarse del frío.

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