Larga travesía del desierto para el crédito bancario
La debilidad económica y el elevado endeudamiento de la banca frenan la reactivación de los préstamos.
La actividad crediticia afronta otro año que se presume muy duro. Empresas y consumidores que necesiten pedir un préstamo se enfrentan con el siguiente panorama: tipos de interés más elevados y condiciones para la financiación más estrictas.
Ese es el resumen, aunque todo tiene sus matices. Para empezar, la carga de intereses será superior, pero solo levemente. La previsión es que los tipos de interés de intervención permanezcan anclados en el 1% durante todo el año 2011, para empezar a subir en 2012. El euríbor debería anticipar este cambio de perspectivas a partir del segundo semestre de 2011, aproximándose hacia niveles en el entorno del 1,75%.
En cuanto a concesiones de créditos, las cajas están en plena reestructuración, lo que hará más exigente la financiación a particulares y empresas. En la banca ya se está experimentando un repunte, como lo demuestran los datos del Banco de España, que reflejan un incremento anual del orden del 4% en los préstamos a particulares, aunque no es así en el caso de las empresas.
"El grifo del crédito está cerrado. Pero no debería ir a peor, porque hemos tocado suelo en la crisis y la inversión no debería caer al ritmo que lo ha hecho en los últimos años. Eso sí, mientras la incertidumbre económica persista, tampoco mejorará el crédito", valora el profesor Joaquín Maudos, catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE. Sobre la actividad crediticia en España pesan varios elementos que componen un cuadro de solución complicada: elevado desempleo, que deriva en una debilidad en el consumo y en la actividad, lo que a su vez acentúa el exceso de capacidad instalada en el sector productivo y agrava la desconfianza que domina en empresas y hogares. Una mejoría clara se antoja difícil. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica para 2011 un crecimiento del PIB del 0,7%, mientras el paro sigue estacando en el 20%. El otro gran elemento que completa el escenario es el del endeudamiento, en especial el del sector privado (empresas y particulares). La deuda total de toda la economía española, pública y privada, equivale a aproximadamente el 400% del PIB y es una de las más altas del mundo en términos relativos. Ya lo era antes de la crisis, pues el crecimiento en España se ha hecho a golpe de crédito. Entonces no era un problema, pero los tiempos de efervescencia terminaron. "El mercado ha cambiado mucho y la bonanza de la financiación al consumo no volverá", reconoce Rodrigo Cury, director de desarrollo de negocio minorista de Barclays. "Las personas y empresas no tendrán problemas en encontrar financiación si son solventes y trabajan con las entidades financieras adecuadas a sus necesidades. Pero tardarán más de lo que se tardaba hace tres años", añade Cury.
La agencia Moody's señala que el sector bancario español afronta en 2011 vencimientos de deuda por 90.000 millones, que deberá refinanciar. Esto implica que las entidades desviarán buena parte de los recursos que captan vía depósitos a atender obligaciones, en lugar de a préstamos. Por otra parte, los nuevos requisitos de solvencia exigidos a toda la banca tras los acuerdos de Basilea III demandarán a las entidades españolas 35.000 millones de euros de capital extra, de acuerdo con las estimaciones de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El calendario de cumplimiento de estas exigencias se extiende hasta el año 2019, pero los mercados han dejado claro que no piensan esperar tanto y están empezando a penalizar a los bancos que no son capaces de cumplir ya con los requisitos.
La exposición al ladrillo
Directamente relacionado con los requisitos de solvencia, está la exposición del sector a actividades de construcción y promoción inmobiliaria, que se estima en 600.000 millones. El stock de viviendas sin alquilar o vender en España ronda las 900.000 unidades. La patronal inmobiliaria Asprima calcula que se tardarán cuatro años en absorber todo el excedente. El problema no es solo el riesgo evidente de morosidad de esta abultada partida de créditos, sino también que los préstamos son respaldados por garantías que están perdiendo valor. En consecuencia, los requisitos de capital para el sector serán aún mayores.
A todo lo anterior se une que la financiación interbancaria sigue siendo escasa. Si los bancos tienen problemas para captar recursos, difícilmente van a conceder préstamos con facilidad. "Parece claro que hay consenso en que el conjunto de la economía no va a registrar crecimiento del crédito", confirman fuentes de una entidad española.
"La situación sigue siendo difícil por las dificultades que arrastra el mercado mayorista de financiación bancario", reconoce Marta de Castro, secretaria general de la UNACC (Unión Nacional de Cooperativas de Crédito). "También conviene tener presente que la demanda de préstamos por parte de los consumidores y las empresas ha menguado. No podemos olvidar que el crédito tiene naturaleza procíclica y en situaciones de crisis cae tanto la demanda como la oferta ( ). La financiación seguirá siendo restrictiva mientras no se desatasque el sector financiero y se reduzca el peso de la deuda privada", afirma De Castro.
Los préstamos concedidos por el sistema financiero a empresas y particulares ascienden a 1,83 billones según el Banco de España. El panorama es muy complicado. "Lo que ocurre es que la financiación únicamente puede incrementarse si existe demanda solvente, es decir, proyectos de inversión que se apoyen en planes de negocio sólidos. Por ello, teniendo en cuenta la situación de la economía en general y del consumo en particular, es lógico que proyectos empresariales que eran viables antes de 2007 hoy no lo sean y, por tanto, no hallen financiación", subrayan desde Banco Sabadell, que, pese a todo, anticipa cierta mejoría. "Esperamos que en 2011, la tendencia general del crédito sea de una incipiente recuperación, especialmente a partir del segundo semestre. ( ) Estimamos que lo primero que se recuperará será la financiación a corto plazo, afectando principalmente al descuento comercial y los préstamos al consumo. También esperamos cierta recuperación del sector inmobiliario".
Cuando estalló la actual crisis financiera, hubo acuerdo en que era la peor situación económica desde el crac de 1929. Era, pues, de esperar que la situación no se resolviera de un día para otro. Ahora se trata de transformar la recesión en una consolidación.
Factores
Morosidad. Los últimos datos del Banco de España sitúan la morosidad de los créditos en el 5,66%, el máximo de la crisis.Confianza. Con una tasa de paro del 20%, la confianza de empresas y consumidores sigue bajo mínimos.