Destinos para invertir en la posguerra de los depósitos
Los expertos prevén que el fin de las ofertas de la banca en 2011 posicione las carteras conservadoras en deuda y títulos emergentes.
Durante 2010, la banca se ha enzarzado en una encarnizada batalla por hacerse con el ahorro de los españoles. La falta de liquidez que asola al sector financiero ha llevado a las entidades a ofrecer más y más intereses a quienes depositan en ellas su dinero. La dura competencia ha venido elevando la rentabilidad de los depósitos, que han pasado de cifras del 2,5% a casi el doble. En muchos casos sin exigir ninguna vinculación adicional. Semejante festín ha logrado su objetivo y, en octubre, el dinero dedicado a depósitos alcanzaba cifras nunca vistas: 417.000 millones de euros. Aunque de los escaparates de las oficinas bancarias aún cuelgan atractivas ofertas, los analistas aseguran que los combatientes no pueden seguir financiando semejante batalla, y auguran el fin de la guerra de los depósitos en los primeros meses de 2011. La búsqueda de las nuevas vetas de inversión conservadora ha comenzado.
"Hay que aprovechar la necesidad de financiación de las entidades españolas, ya que tienen cerrada la financiación internacional", expone Víctor Alvargonzález, director general de Profim. "Sin embargo, no hay que olvidar que este es un síntoma preocupante. Que el tipo de interés esté al 1% y las entidades ofrezcan el 4% o el 4,5% es una anomalía financiera. Y en los mercados, las anomalías acaban corrigiéndose", advierte. Así, el experto en productos financieros vaticina que semejante lucha de rentabilidades tiene los días contados. Según el BBVA, la guerra de los depósitos ha costado ya 7.000 millones de euros al sector. "Las entidades están perdiendo mucho dinero. No muchos pueden permitirse ese lujo, tendrán que dejar de ofrecer tipos tan salvajes", expone Alvargonzález.
"Los depósitos han sido el producto estrella de 2010, pero eso va a terminar", coincide David Cano, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Desde su punto de vista, el tipo de interés que da la banca por la captación de pasivo debe volver "a la zona de entre el 2% y el 2,5%". ¿Dónde estará la alternativa, entonces? Para AFI la respuesta está en la deuda pública a medio y corto plazo. "El ahorro se va a traspasar a los activos de deuda a dos y tres años", augura Cano. "Es en emisiones soberanas donde se van a concentrar los mayores tipos de interés, y el inversor tiene que beneficiarse de eso como se benefició de las necesidades de la banca", argumenta.
Sobre el mostrador, hay donde elegir. La crisis griega, en primer lugar, y la de Irlanda, hace solo poco más de un mes, han terminado por disparar la rentabilidad de los títulos soberanos de los países de la Europa periférica. El bono español a 10 años se paga a 5,4% en el mercado secundario. En realidad, todos los tramos de deuda han aumentado fuertemente su rentabilidad, un fenómeno que se ha dejado sentir con fuerza en las propias subastas del Tesoro. Otra de las grandes novedades de los últimos meses ha sido la emisión de bonos autonómicos de alta rentabilidad. El pistoletazo de salida lo dio Cataluña con una emisión a un año al 4,75% TAE, que batía las ofertas de la banca, y daba como garante a la propia comunidad autónoma. El ejemplo fue seguido poco después por Valencia, que daba dos opciones: el bono a un año, al 4,5%, y el de tres años, con hasta el 5,5%.
¿Más productos libres de riesgo? Para los analistas de AFI, no los hay. "Para todo lo demás hay que asumir la posibilidad de que se den pérdidas. Pero las carteras están siendo tremendamente defensivas. Para el inversor sería interesante asumir algo más de riesgo a cambio de buenas posibilidades de rentabilidad", aduce Cano. Y es ahí donde entra otra de las apuestas claves para el nuevo año: los títulos de países emergentes.
Para Juan Luis Luengo, responsable de fondos de inversión de Citibank España, la deuda soberana emergente es "preferible" a la de las potencias desarrolladas, ya que estas soportan una elevada preocupación sobre el estado de su déficit, que no afecta a las primeras. Por otra parte, puestos a abandonar las posiciones más radicalmente conservadoras, el analista de Citi considera "más atractivos los bonos corporativos que la renta variable". Y si se apuesta por esta última, apuntaría antes a Europa que a los índices de EE UU.
"El ahorro se trasladará a las letras. La deuda pública dará los mayores tipos de interés", dicen en AFI
Estas son algunas recomendaciones de los analistas para 2011:
l Depósitos bancarios, mientras dure la actual competencia.
l Deuda pública europea a corto y medio plazo.
l Fondos asegurados asociados a emergentes, como China o Brasil.
l Bonos de empresas fuertes y de la máxima solvencia.
Ignacio Rodríguez, director de ventas de M&G Investments para España, argumenta que los títulos ligados a los países en proceso de crecimiento son, en estos momentos, más interesantes que aquellos de potencias consolidadas. "El mercado soberano está siendo distorsionado por los grandes programas de recompra de activos y por tanto creemos que las rentabilidades están siendo forzadas artificialmente a la baja", expone, señalando que "cualquier descenso en el apetito de riesgo" beneficiará a los bonos de la vieja Europa por su percepción de seguridad. "Los fundamentales de los mercados emergentes son mucho mejores y preferimos sus bonos soberanos", destaca.
Banco Urquijo, por su parte, también aconseja abrir una rendija a emociones más fuertes. "A lo largo del año 2011 esperamos un buen comportamiento de los activos con riesgo (tipos bajos, liquidez abundante, operaciones corporativas, recompra de acciones, alta rentabilidad por dividendo..) y recomendamos incluir estos activos (aunque de manera controlada) en las carteras conservadoras", señalan. Pese a ello, ya dado que es probable que se produzcan "episodios de alta volatilidad", la entidad recomienda a los inversores que opten por "operaciones con horizontes temporales más reducidos" en las que se establezcan "stop loss", para evitar males mayores.
En esta línea, la sección de banca privada del Santander, Banif, ha lanzado el fondo "Selección Emergentes FI", que acapara renta variable de China, Malasia, Sudáfrica y Brasil a un año y once meses. Estos cuatro países, justifican desde la entidad, son los "que más contribuyen al crecimiento global" desde la zona emergente y "presentan las mayores perspectivas de revalorización a corto y medio plazo". Con todo, ante las posibilidades de que esta tendencia se tuerza, el fondo garantiza el 95% de la inversión inicial, blindando a los inversores ante mayores pérdidas.
Los analistas de Barclays inciden también en que no hay que "alterar radicalmente la estrategia de inversión" para controlar el riesgo que se asume. Sin embargo, aducen que una cartera equilibrada debe combinar más presencia en "bonos soberanos a largo plazo" que sean "de alta calidad crediticia" junto con "una gama completa de exposición a las economías emergentes".
Incluso de cara a los inversores más puramente conservadores, los expertos aconsejan tomar cierta exposición hacia productos de mayor riesgo. Así lo hacen desde el Deutsche Bank, donde las sugerencias para los clientes más prudentes llegan a incluir carteras con un 45% de dosis de riesgo (dividido entre un 15% para renta variable y un 30% en fondos de inversión), frente a un porcentaje menor para la renta fija, de sólo un 40%.
Con todo, a la hora de tomar decisiones, o de ir cambiando de apuesta durante el año que comienza habrá que prestar atención a tres factores clave: uno, constatar cuándo se firma la paz en el panorama de los depósitos bancarios; dos, ver si la Unión Europea consigue apagar los distintos fuegos encendidos en el mercado de la deuda soberana; y tres, vigilar que los mercados emergentes sigan dando mejor rendimiento que las potencias tradicionales.
Una apuesta conservadora no garantiza la protección total
El hecho de que un producto de inversión sea de carácter conservador no es sinónimo de que sea completamente seguro. Por eso, los expertos recomiendan estar bien al tanto de la solvencia del emisor de cada título y conocer la letra pequeña sobre la preservación del capital inicial.La inversión en renta fija también entraña riesgos, de modo que al hilo del aumento de la rentabilidad de estos activos, tal y como ha sucedido con los bonos soberanos españoles, los precios caen, con la consiguiente pérdida de valor para las carteras. En cuanto a los depósitos, el Fondo de Garantía asegura un máximo de 100.000 euros por entidad y depositante, con lo que los expertos recomiendan no depositar más de esa cantidad en un banco o caja y sin olvidar que el sistema financiero español dispone de los recursos del FROB para evitar situaciones críticas.Víctor Alvargonzález, de Profim, recuerda además que por muy atractivo que resulte un depósito hay que analizar muy bien qué obligaciones lo acompañan. "Habrá entidades que den un depósito al 4,5%, pero que a cambio exijan una inversión por el mismo importe en otro producto, como en un plan de pensiones. Si este termina presentando pérdidas, la rentabilidad del conjunto puede ser nula", ilustra."Además, es un mito que la inversión conservadora más rentable sean los depósitos", asegura Alvargonzález. "Los fondos de inversión de alta calidad crediticia en renta fija pública o privada han dado mucho más en estos últimos tres años que cualquier depósito. Por poner un ejemplo, hay fondos en renta alemana con rentabilidades del 6% o 7% de media. Y estamos hablando de bonos alemanes, no de depositar dinero en una entidad zombie", argumenta.En el ámbito de los fondos y de los estructurados, desde Profim insisten en buscar siempre instrumentos garantizados, y en especial, aquellos con los emisores más fiables.El factor oroEn cuanto al ámbito de las materias primas, el oro ha sido el rey de los activos refugio. El hecho de que este haya pasado de valer algo más de 1.000 dólares por onza hace un año, a batir los 1.400 a finales de 2010, hace que los analistas de AFI lo dejen fuera de su listado conservador, dado su carácter "volátil".