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Pymes & I+D+i. Pequeños gigantes

Bindo, nuevos tiempos para la encuadernación

Un sistema sin máquinas permite mejorar las presentaciones y ahorrar costes para la empresa.

La idea surgió de una necesidad práctica relacionada con los sistemas de encuadernación. "Comprobamos que no existía en el mercado lo que buscábamos como empresa, un sistema sin máquinas, rápido y que ofreciera un acabado de alta calidad a bajo coste", reconoce Antonio Galván, director comercial de Bindo.

Transcurridos más de seis años de investigación, la compañía formada por cuatro emprendedores andaluces consiguió lanzar a finales del año pasado un novedoso sistema de encuadernación para libros y documentos. "El mercado nos ha acogido muy bien, sobre todo las empresas que hacen muchas encuadernaciones, como asesorías fiscales, gestorías, tasadoras y estudios de arquitectura", afirma Galván.

El sistema de encuadernación consta de tres piezas; dos de ellas que se adaptan a las tapas con unos pegafáciles adhesivos y una intermedia que hace cremallera con una de las anteriores y clipa para el cierre, una vez pillados los folios a encuadernar, con la otra. A su vez, el sistema queda oculto, lo que da una alta calidad de encuadernado, con otros pegafáciles que hacen de guardas y que van en las tapas.

"Somos proveedores homologados de la división comercial de unos grandes almacenes de nuestro país"

Lo que aporta de novedoso el invento es, principalmente, que no necesita ningún tipo de máquina para dar una terminación de libro, "tan solo una perforadora de oficina de dos agujeros en caso de no estar previamente agujereados los folios", y su sencillez y rapidez respecto a otros sistemas.

En cuanto a sus principales ventajas cabe destacar el ahorro directo de costes, al no tener que requerir una inversión en maquinaria; además del ahorro indirecto, por ofrecer más rapidez que otros sistemas, mejor calidad de presentación y adaptabilidad a cualquier tipo de tapas.

En la actualidad, la compañía andaluza dispone en el mercado de dos lomos en tapa flexible (tanto estándar azules como blancas para imprimir), que son 50 hojas para encuadernar de cinco a 65 folios de 80 gramos y 100 hojas con el que se encuadernarían de 65 a 150 hojas de 80 gramos.

Por su parte, en tapa dura ofrece tres tamaños: 20-60 hojas, 60-100 hojas y 100-140 hojas. "Aunque el límite del sistema (máxima utilización del latiguillo) sería de 400 folios (800 páginas), estamos en disposición de fabricar los tamaños que el mercado demande".

El sistema está teniendo una gran aceptación en el sector de la papelería, "somos proveedores homologados de la división comercial de El Corte Inglés, desde donde nos reconocieron que hacía más de cuatro años que no veían una novedad en papel verdaderamente reseñable hasta que apareció nuestro sistema", apunta el director de Bindo.

Y, además, prosigue Galván, "estamos trabajando ya con más de 350 puntos de venta (copisterías) y más de 75 distribuidoras provinciales y/o regionales de varios importantes grupos en España". Así, la compañía prevé cerrar el año 2010 con una facturación de 300.000 euros. Y dada la aceptación que el producto ha tenido hasta la fecha, confían en que las previsiones para 2011 superen el millón de euros en ventas.

En 2008, Bindo consiguió la patente en Estados Unidos, un logro que les permite presumir de contar con la protección industrial de su producto en todo el mundo.

Planes de futuro e internacionalización

Los proyectos de futuro inmediato de la compañía pasan por implementar la estructura nacional de distribución, si bien disponen de la básica para atender cualquier demanda, "por lo que el objetivo más inminente es dar a conocer el producto a nivel nacional".Respecto al sistema propiamente, "está bastante avanzada la última tapa que queremos ofrecer al mercado, que sería de cartón por detrás y plástico transparente por delante. Si bien estamos abiertos a nuevos desarrollos futuros.En cuanto a la internacionalización de la compañía, Galván reconoce que existe un interés sobre todo por parte de empresas locales. "Estamos dando algunos pasos para que a medio plazo podamos introducirnos en el mercado americano. Tenemos clientes interesados en diversos países suramericanos como Colombia o Argentina, entre otros". Aunque la empresa, que todavía no ha cumplido un año de vida en el mercado nacional, apuesta primeramente por fortalecer su presencia en España para luego dar el salto definitivo fuera de nuestras fronteras.

La cifra

300.000 euros prevén facturar en 2010, aunque dada la aceptación del producto, confían en superar el millón de euros para 2011.

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