Portugal, a la espera de las mejores condiciones para vender el 10% de EDP
El Gobierno portugués se encuentra a la espera de que se den "las mejores condiciones de mercado" posibles para seguir adelante con su plan de vender el 10% de las acciones de Energías de Portugal (EDP), ahora en sus manos.
A través de Parpública, entidad que gestiona participaciones accionariales del Estado portugués y que posee todavía el 22,55% de la compañía eléctrica, el Ejecutivo informó de que prevé llevar a cabo esta venta "muy pronto", aunque no precisó si podrá ser antes de que acabe el año.
De no ser así, el Gobierno no podría cumplir con su objetivo de ingresar 1.200 millones de euros en 2010 por las privatizaciones de tres empresas participadas por el Estado, concretamente la petrolera Galp, el Banco Portugués de Negocios (BPN) y EDP.
Por el momento, sólo ha podido ejecutar la venta de su participación en Galp, que le reportó 900 millones de euros, mientras que, en el caso de BPN, las entidades interesadas declinaron la posibilidad de presentar una oferta debido a las condiciones de venta exigidas por el Gobierno luso.
EDP, que en España controla la firma HC Energía, cuenta entre sus accionistas mayoritarios con Iberdrola (6,79% de los títulos) y Caja de Ahorros de Asturias (5,01%).
En el informe de Parpública sobre sus resultados en los seis primeros meses de 2010, la entidad preveía "concretar durante el segundo semestre las operaciones de reprivatización de cerca del 7 por ciento de Galp y de aproximadamente el 10 por ciento de EDP, a través de dos emisiones de obligaciones permutables por acciones".
Sin embargo, desde la entidad que gestiona las participaciones del Estado luso señalaron hoy que la venta de los títulos de EDP debe llevarse a cabo "al precio y al valor que merezcan los activos" y de acuerdo con las estimaciones del mercado.
De esta forma, indicó, el Ejecutivo luso decide priorizar "el interés financiero y patrimonial de la empresa y del Estado como accionista" en un difícil momento para Portugal.
El Gobierno luso está centrado en su objetivo de rebajar el déficit público para cumplir con las exigencias de Bruselas y calmar la presión de los mercados sobre su deuda soberana.
EDP es una de las empresas en las que el Gobierno portugués todavía mantiene acciones con derechos especiales -o "golden share"- que le permiten bloquear las decisiones más importantes, un privilegio "contrario al derecho comunitario", según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La reprivatización de EDP comenzó en 1997 y ésta será su octava fase.