La RSC, en acción
En un mundo donde perecen 8.100.000 niños antes de los cinco años por causas prevenibles, vinculadas a la pobreza, la responsabilidad social corporativa (RSC) puede marcar diferencias, movilizando el potencial tecnológico de las empresas. Uno de los fundadores de Facebook, Chris Hughes, acaba de lanzar en internet JUMO, dirigida a construir una comunidad virtual entre las ONG de bien público y la ciudadanía y, también, a ayudar a las ONG pequeñas para que establezcan una presencia en la red social. JUMO, que aplica las más avanzadas tecnologías informáticas, puede tener un impacto muy fuerte. De los 300.000 millones donados a organizaciones sin fin de lucro y de bien público en Estados Unidos en 2009, solo el 6% llegó por vía online.
Muhammad Yunus, Premio Nobel de Paz, creador del Grameen Bank, ha propiciado con empresas privadas punteras alianzas innovativas de alto beneficio público. Creó con la multinacional Danone la empresa Grameen-Danone. La mitad de los niños de Bangladesh están desnutridos. Los micronutrientes que les faltan a los niños se colocan en el yogur, y éste es vendido a muy bajo costo. Según refiere la empresa, si un niño toma dos tazas de este yogur a la semana durante más de ocho o nueve meses, consigue mejorar su salud. Igualmente, Yunus ha generado con Adidas una empresa para que nadie carezca de calzado. Muchas enfermedades de los niños pobres vienen de caminar descalzos. Grameen-Adidas se propone producir calzados que cuesten menos de un dólar, para que sean accesibles para los pobres.
También, estableció con la francesa Veolia la compañía Grameen-Veolia, para proporcionar agua potable en aldeas. Más de 1.000 millones de personas carecen de ella, y la mitad de las camas hospitalarias del mundo están ocupadas por individuos que han consumido agua contaminada. En todos estos casos, las empresas emplean al máximo su capacidad tecnológica para llegar con productos accesibles a los más pobres, no pierden dinero y se transforman en una referencia ejemplar.
Otra fuente de contribución clave es el trabajo voluntario para causas de interés comunitario. Una de las empresas de más prestigio en RSC de América Latina, Natura, facilitó un día mensual para trabajo voluntario a su numerosa plantilla de empleados, que tenía que ser documentado. No solo la respuesta fue muy amplia, sino que se produjo un aumento significativo en la productividad. El personal se siente orgulloso de pertenecer a empresas con fuertes compromisos éticos. La comunidad, las empresas, el personal; todos ganan con la RSC. Urge potenciarla cada vez más.
Bernardo Kliksberg. Autor, con el Nobel Amartya Sen, de 'Primero la gente'